martes, 30 de septiembre de 2014

Octubre rojo

El mes de octubre es un mes clave en la historia del capitalismo moderno. Los momentos más difíciles de su larga y tortuosa historia han sucedido en octubre o alrededor del mes otoñal. Eisenstein nos dejó una de sus colosales obras maestras con el nombre del mes de la revolución rusa del 17. Tom Clancy escribió una novela que tendría su secuela fílmica con la portentosa interpretación de Sean Connery: la caza del octubre rojo, el submarino nuclear soviético que lleva por nombre el mes en el que las ideas de los revolucionarios de salón se transformaron en hechos concretos. Octubre es un mes importante en el desarrollo del capitalismo, pues justo cuando empieza el otoño es cuando han madurado los procesos de descomposición económica y financiera que se han estado fraguando a lo largo de los septenarios que configuran las ondas cortas del capitalismo. Es curioso que tras la llegada del neoliberalismo las crisis recurrentes mantengan una pauta regular de siete años, y es aún más que sea octubre el mes preferido para su eclosión.

Por poner el comienzo en la que todos consideran la primera gran crisis del sistema capitalista, el jueves negro de 1929 fue un 24 de octubre. Fue el día en el que se hizo evidente que el sistema no aguantaba más y la locura se apoderó de los actores financieros. La economía se hizo añicos, la producción se hundió, el paro creció a niveles inaguantables y la miseria se apoderó de América. Los efectos de aquella crisis llevaron a la Segunda Guerra mundial y a la constitución del Welfare State como medio para impedir que se repitiera algo así. Pero el Welfare State suponía la caída en picado de la tasa de ganancia, corazón del modelo capitalista, lo que llevó al capitalismo a repensarse, surgiendo así el neoliberalismo. El pistoletazo de salida de la economía neoliberal lo dio Margaret Thatcher el 27 de octubre de 1986, con el big bang day, el día en el que se fusionaron los mercados financieros, se eliminaron las restricciones y empezó a fluir la exuberancia irracional de los mercados (Greenspan dixit). A partir de ahí comienza el rosario de crisis cada siete años.


La primera de las crisis es el black monday de 1987, el 19 de octubre. La primera crisis financiera del neoliberalismo capitalista, justo un año después de la fusión de mercados y de la liberación de las cadenas keynesianas. Le sigue la crisis del Sistema Monetario Europeo en septiembre y octubre de 1993, de infausto recuerdo para los españoles, pues fue la excusa para iniciar la demolición controlada del Estado social y de derecho en España y la privatización mafiosa de las empresas públicas, adjudicadas a los amigotes del gobierno. El 27 de octubre de 1997 llega la crisis, a los cuatro años de la europea y a los seis de la rusa, llega la crisis asiática, que se llevó por delante los logros de los tigres asiáticos, asaltados por la codicia de los soros and company. En octubre del año 2000 la crisis puntocom evapora billones de dólares en el Nasdaq y arrasa con la burbuja de las empresas tecnológicas. No olvidemos lo sucedido el 11 de septiembre de 2001, pues es consecuencia de la crisis puntocom y causa de las posteriores.

Llegamos a la crisis actual, la última y definitiva. Comienza en octubre de 2007 con varias fechas. El 1 de octubre, el banco suizo UBS declara enormes pérdidas que llevarán a su rescate por el Estado. El 18 de octubre el dólar se hunde frente al euro. El 30 de octubre el gigante Merril Lynch reconoce que se hunde. En 2008, el 15 de septiembre, cae Lehman Brother, aunque aquello fue una estratagema bien pensada para llevar el dinero público a los bancos privados, como ya explicamos en su momento.

Pues bien, se acerca octubre y hace ahora siete años del comienzo de esta crisis terminal. Los datos que se están conociendo apuntan a que el crash financiero va a ser descomunal y que todo lo que nos han estado vendiendo estos últimos tres años no era más que humo. Lo que se ha hecho, en realidad, es cebar más la máquina de la deuda, aumentar el volumen de la burbuja financiera y dar una enorme patada a seguir, pero la cosa debe parar en algún sitio. Cualquiera puede entender que todas las burbujas explotan y que ésta tiene los días contados. Octubre rojo amenaza otra vez al capitalismo, no por fuerzas revolucionarias, no, sino por su misma inercia, inercia que le lleva de cabeza al abismo. Es el sino del capitalismo, morir de éxito, no sabe hacer otra cosa. A ver si cuando llegue el pinchazo de esta burbuja no nos dejamos embaucar para permitir otra más. Espero que hayamos aprendido.

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