lunes, 28 de diciembre de 2009

Los Inocentes y la lógica imperial

Cuando leemos el relato del nacimiento de Jesús en Mateo, tanto como si lo hiciéramos en Lucas, deberíamos tener presente que estos dos relatos son como las oberturas de las dos obras a las que preceden. Como se sabe, una obertura en una ópera o en una obra literaria, tiene la función de resumir y presentar de forma sucinta y abreviada todo el contenido de la obra, son como miniaturas de la obra. Esto mismo es lo que sucede con los relatos que tanto Mateo como Lucas, no así Marcos o Juan, situaron al comienzo de sus obras y conocemos como relatos de la infancia de Jesús. Si nos centramos en Mateo podemos ver que el relato, como texto literario que es, tiene una división clara en cinco, ni uno más ni uno menos, apariciones en sueños del Ángel del Señor. Cuatro de ellas a José y una a los Sabios de oriente. Estas cinco intervenciones oníricas marcan el camino de José para que Jesús cumpla con la Escritura y, 1º venga desde Egipto, 2º vaya a vivir a Nazaret (hay que recordar que en Mateo, la familia de Jesús vive en Belén, no se dirige allí). Las cinco apariciones del Ángel del Señor son la preparación de los cinco largos discursos que Jesús pronuncia según Mateo. Estos cinco discursos son a su vez un reflejo de los cinco libros de la ley judía o Torá. Con esta distribución, Mateo quiere referir que Jesús es el nuevo Moisés que liberará a su pueblo y a la humanidad entera por medio de su vida, muerte y resurrección y lo ejemplifica en el texto que sigue a la obertura como un nuevo Pentateuco con cinco libros, los cinco discursos de Jesús donde radicaliza la ley. Para ejemplificar esto mismo, desde el comienzo u obertura, Mateo nos presenta a Jesús, recién nacido, perseguido por los poderosos de este mundo y salvado por la intervención divina. Igual que Moisés escapó a la masacre que el Faraón había ordenado contra los niños menores de dos años, Jesús escapa a otra masacre de otro poderoso que temía las consecuencias de la intervención de Dios en la historia para salvar a los oprimidos. Jesús se encuentra en peligro desde su mismo nacimiento y su vida no podrá acabar muy bien según los parámetros humanos.
Las masacres de inocentes, así como la ejecución por parte de los imperios, son el resultado de una lógica imperial que recorre la historia humana desde que nacieron los grandes imperios. Todo aquel que se interponga en el camino del imperio o que se solidarice con los oprimidos sufrirá las mismas consecuencias que Moisés o Jesús, esto es lo que nos cuenta Mateo en su magnífica obertura, como también lo hará Lucas.

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