jueves, 4 de febrero de 2010

¿Salida de la crisis o éxodo del sistema?

Hemos empezado a recibir de nuestra propia medicina. En los años ochenta, los organismos internacionales de imposición del neoliberalismo: FMI, BM y OMC, se encargaron que los países pobres llevaran a cabo políticas de ajuste económico draconiano para poder pagar una deuda que ni los pueblos habían solicitado ni tampoco les benefició en nada. Por aquel entonces, el exceso de crédito en los países ricos llevó a buscar salidas a todo ese capital, ofreciéndolo con condiciones magníficas y mucho arte adulatorio, a los gobiernos de los países en desarrollo. Vieron estos la posibilidad de enriquecerse fácilmente y tomaron los préstamos. Todo aquel dinero fue a parar a los políticos y a las multinacionales que se establecían allí. Pero en 1980, Paul Volcker aumentó los tipos de interés hasta el 20% y se produjo la crisis de la deuda. Los países en desarrollo se vieron incapacitados para devolverla, generándose una situación usuraria que llevaría al sometimiento de los pueblos a las políticas neoliberales. Aquellas políticas implicaban recortes sociales y venta fraudulenta de los recursos del país a los grupos de presión.
Hoy vemos lo mismo en los países enriquecidos: hace dos años se nos dijo que había que "rescatar" al sector financiero, para ello se dieron enormes cantidades de recursos públicos. Digo que se dieron porque no había ninguna obligación por parte de las entidades, de manera que el resultado final fue que el pasivo de los bancos pasó directamente al de los estados, volviendo aquellos a generar beneficios en poco tiempo y quedando los estados endeudados hasta el cuello. Ante esta situación viene la segunda fase: el FMI y el BM implementan políticas de ajuste que incluyen la reducción de salarios, la reducción de pensiones y el recorte del déficit y la deuda pública, déficit y deuda provocada por las ayudas a las entidades financieras, que no se nos olvide. En resumen, ahora se nos aplica a los países enriquecidos las mismas políticas que hace treinta años a los empobrecidos: ajustes que suponen un traspaso de riqueza pública hacia el sector privado. De seguir esto así, los próximos diez años serán de depauperación de la población de los países ricos y de aumento de la injusticia económica y social.
Esta es la salida de la crisis que nos proponen las instituciones financieras del capitalismo y que aceptan los gobiernos pusilánimes europeos. De ninguna manera supondrá esto una salida de la crisis sino una vuelta de tuerca en la opresión y la injusticia. El camino para salir verdaderamente de la crisis debe ser un éxodo absoluto: salir de la situación de opresión en que nos encontramos. Para salir de verdad hay que iniciar un cambio de modelo social y económico que incluya lo político. Se está haciendo necesaria una insurrección de las conciencias que no están dispuestas a que algunos sigan mangoneando el mundo a su antojo. Quizás lo que necesitamos es un Moisés, al estilo del Éxodo del pueblo Hebreo, para que llegue el cambio. Es lo que leyó el presidente del gobierno en el famoso Desayuno de Oración, "no explotarás al pobre", pero dejó de leer la conclusión del versículo: "porque su queja llegará hasta los oídos de Yahvé y será tu pecado". Los oídos de Dios están saturados de sufrimiento y estoy seguro que Él sigue suscitando la liberación de los hombres. Debemos estar atentos para el día del éxodo, cualquier otra cosa es seguir en Egipto.

2 comentarios:

Martín dijo...

A mí y supongo que a bastante gente el funcionamiento del sistema económico se me escapa. Pero es fácil comprender que si los estados están endeudados, estamos endeudamos los ciudadanos; la deuda estatal supondrá más impuestos, y seguramente supone que nos estamos comiendo el pan de nuestros nietos, ellos también tendrán que seguir pagando la deuda que hoy hemos generado. El cambio de modelo que tú propones necesita concretarse. Y por ahora, las concreciones son pocas. Pero es bueno que cobremos conciencia de la situación en que nos encontramos, situación que genera injusticia y que traspasa a otros la culpa que no han cometido.

Bernardo Pérez Andreo dijo...

Tendremos que hacer un gran esfuerzo por "concretar" ese nuevo sistema económico y social que se hace perentorio, porque este ha fracasado estrepitosamente. 100.000 muertos de hambre cada día que sale el sol es una cifra que no podemos permitirnos sin que la culpa aplaste nuestras dudas.
Existen muchas propuestas ya en el ámbito económico. Por citar alguna está la democracia económica de Schweikart, o los modelos neokeynesianos más avanzados. Pero aún así creo que el modelo que vendrá deberá estar centrado en la idea del don y no en la del beneficio, distinguiendo claramente los distintos modelos de propiedad: Colectiva, social, comunitaria, individual. Habrá que decidir quien se encarga de qué, lo que en el fondo es la política. Debemos repolitizar la economía, porque la política no es el arte de lo posible, sino de lo imposible. Seamos realistas, pidamos lo imposible. Lo realmente utópico es quedarnos en el modelo autodestructor del mundo que es el capitalismo, cualquier cosa sería mejor que esto, cualquier cosa...

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