miércoles, 21 de abril de 2010

Saqueadores de guante blanco

Ando pensando que algo estoy haciendo mal cuando mis reflexiones coinciden con uno de los puntales del capitalismo depredador estadounidense. Incluso me lo he hecho revisar por amigos de los que no tengo ninguna duda de su compromiso con las víctimas de este mundo. Algo no va bien cuando el saqueador por excelencia, George Soros, ha dicho que los chicos de Wall Street van a acabar con el capitalismo; algo no funciona cuando es la propia Comisión de Valores de USA la que ha denunciado a Goldman Sachs de ser poco menos que "saqueadores de guante blanco"; algo está rematadamente mal cuando las instituciones creadas para organizar el saqueo del mundo programado son las que dan la voz de alarma. Aunque también cabe la posibilidad de pensar que se están arrepintiendo, que se están convirtiendo en seres humanos responsables de su planeta y del futuro de la humanidad, que se están convirtiendo al fin en simples seres humanos.
Nada de todo esto. Ni yo me he convertido al capitalismo, aunque sea reformado, ni ellos son ahora seres humanos normales. Lo que ha sucedido es que le han visto las puntiagudas orejas al lobo de la la catástrofe global más absoluta. Porque los señoritos de Goldman Sachs, aunque no sólo ellos sino muchísimos más en el planeta, siguen con las mismas estrategias de inversión que llevaron al capitalismo financiero al borde del colapso en 2008. La Comisión de Valores (SEC por sus siglas en inglés) acusa a los chicos de Goldman de provocar premeditadamente la ruina del sistema para beneficio suyo y el de algunos clientes preferentes. El procedimiento es como sigue: Goldman vende títulos de inversiones que están destinadas a fracasar, pero consigue, gracias a su "solvencia" colocar estos títulos a muchos inversores (entre ellos países enteros como Grecia) con la finalidad de distribuir la basura financiera. En este proceso uno o varios de los inversores importantes se quedan con los beneficios generados por la quiebra de los títulos vendidos y que previamente estos habían asegurado contra su desvalorización. Es decir, el mismo procedimiento que ocasionó la quiebra anterior y que mereció el mayor rescate de la historia del capitalismo. El problema estriba en que en Goldman se han aprendido la lección y de lo que se trata es de que el fraude sea lo suficientemente grande como para que el sistema no pueda dejar caer al banco. Algo de eso es lo que ha sucedido con Grecia. Tras su más que posible quiebra estaba Goldman y sus artimañas y estratagemas financieras. Muy bien sabían estos tiburones que Europa no dejaría caer a Grecia, por tanto jugaban sobre seguro.
Este es el A-D-N (algo así dijo un expresidente de esos que fuman puros con los sinvergüenzas) del capitalismo. Lo ha dicho mejor que yo el Nobel Paul Krugman: "gran parte de la industria financiera se ha convertido en un chanchullo, en un juego en el que a un puñado de personas se les pagan enormes sumas por engañar y explotar a los consumidores e inversores". Le falta decir que el sistema entero es un "chanchullo" en el que un grupo de personas bien identificadas destruyen sistemáticamente el planeta en su propio beneficio sin pararse ante el sufrimiento de miles de millones de seres humanos y sin ver que eso acabará afectándole. Aun no consigo comprender cómo somos tan benévolos con estos depredadores. ¡Qué razón tenía aquel economista estadounidense que quería aplicar con los financieros la misma política que en Korea del Norte!

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