jueves, 31 de marzo de 2016

Comienza la carrera para salir del euro

Los datos adelantados de la economía mundial, especialmente en los países desarrollados, no auguran nada bueno para los próximos trimestres. Los expertos tienen desde no hace muchos años unos instrumentos para medir en tiempo real lo que está pasando en la economía sin esperar a tener los datos definitivos. En España este instrumento se llama Ñ-STING, se trata de un modelo econométrico que permite observar la evolución de la economía española en tiempo real. Y no es nada bueno lo que dice este modelo. La economía española, al igual que la americana y la europea, está contrayéndose de forma acelerada. Esto es así, no por la situación política, quien esto dice confunde churras con merinas, sino como consecuencia necesaria de la política económica que el gobierno saliente ha implantado desde 2012. Como todos recordarán, el actual gobierno llegó con la promesa de reducir el déficit y la deuda, pues eran, según decían, los dos grandes males de la economía. Y lo son, pero cuatro años después los datos muestran que el déficit no solo no se ha contenido, sino que ha aumentado, este 2015 en 5,2%, lo mismo que la deuda, que ha pasado de casi 700 mil millones a más de un billón de euros. Es decir, que el supuesto milagro se ha sustentado, otra vez, sobre la deuda. Y así no hay manera de hacer nada con la economía. Por eso, ahora que el gobierno ya ha dejado de actuar como titular de la economía, las aguas vuelven a su cauce y la financierización de la economía española, que solo pretendía salvar el sector financiero y la cabeza del gobierno, hace aguas.

En los últimos cuatro años se ha aplicado una economía de destrucción de las rentas del trabajo y consolidación de las rentas del capital, junto a un alineamiento con los objetivos de la política monetaria alemana. En cuatro años hemos pagado nuestras deudas sobre la base de nuevo endeudamiento. Ahora somos más pobres que lo éramos entonces, pero además, dentro de la distribución de la riqueza nacional, como reflejan los datos del Instituto Nacional de Estadística o de Credit Suisse, ha habido una recomposición importante: las rentas altas han crecido mientras que las bajas han disminuido. Así lo muestran dos datos definitivos. De un lado, la riqueza nacional neta per cápita llega a los 18.075 euros en 2014, último dato disponible, pero su distribución es muy desigual. Mientras el 10% de la población disfruta de una renta disponible de más de 100.000 euros por persona, entre la población más pobre, el 20% más pobre, no llega a 6000 euros por persona. Se han polarizado las rentas. El otro dato es el que da la puntilla. Según Credit Suisse, en su informe anual de 2015, en España, el 10% de la población dispone del 58% de la riqueza total. Es decir, cada una de esas personas del 10% más rico tiene más de 5 millones de euros en riqueza total: casas, tierras, coches, inversiones, etc. Mientras, la inmensa mayoría apenas tiene una riqueza de 20.000 euros. Lo único que frena el empobrecimiento de la población española es que el 80% es dueña de su casa y eso eleva su riqueza hasta 90.000 euros por familia y evita la depauperación por la caída de rentas. Pero, si quitamos el dato de la vivienda, la pauperización de la población española no tiene parangón en Europa.

Esta pauperización no es algo caído del cielo, es fruto de las políticas económicas aplicadas por el gobierno y diseñadas en Europa para España. Lo que se nos viene encima, cuando el crecimiento inducido por deuda frene, será una cascada de destrucción económica peor que la de 2009-2011. Sea cual sea el gobierno que venga, Europa pedirá un ajuste fiscal de 20.000 millones para cubrir el déficit de este año y cumplir el objetivo para el próximo. Si el gobierno intenta negociar, el BCE cerrará el grifo que abrió para el gobierno en 2012 y la economía entrará en caída libre, con los tipos de interés al alza, como en Grecia. Si el gobierno aplica los ajustes, entonces tendremos una nueva destrucción de lo público, disminución de salarios y recorte de pensiones. Todo esto no hará sino agravar la situación de pauperización de la población española. Si ya somos el país con más pobres de Europa, batiremos este infausto récord y llegaremos a tasas increíbles de pobreza y marginación. Hágase lo que se haga, llegaremos a esta situación, no porque lo quieran los gobiernos futuros o pasados, sino porque esa es la política diseñada en Europa-Deutsche Bank para España. Hay que salvar a Alemania, cueste lo que cueste. Por eso, si queremos tener alguna opción como país con futuro propio, hay que tomar la medida más drástica posible, cortar el miembro gangrenado y salvar al paciente. Hay que salir del euro ya. Será muy doloroso, pero será un dolor redentor para nuestro país. Eso sí, habrá que tomar una parte de los 5 millones de euros que acumulan cada uno de los ricos de esta país para salvar la nación. Se trata de aplicar el bien común a la economía nacional.

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