Dice el filósofo esloveno Slavoj Žižek de G. K. Chesterton que debería ser considerado como un conservador inteligente. Porque se puede ser un conservador inteligente o estúpido, dependiendo de cómo se ejerza la conservación. De la misma manera se puede ser progresista inteligente o estúpido, dependiendo cómo se aplique el progreso. Cualquiera que afirmara la conservación del matrimonio pactado por la familia, se encontraría entre el grupo de conservadores estúpidos; lo mismo que cualquiera que pretendiera que los varones se trasformaran en mujeres por simple prurito progresista, moraría en el amplio grupo de los progresistas estúpidos. Unos y otros no formarían sino parte del mismo grupo: los estúpidos, porque no son los adjetivos que nos ponemos a nosotros mismos los que mejor nos definen, sino los adjetivos que nos otorgan los demás. Alguien que se califique a sí mismo de conservador está diciendo muy poco sobre su personalidad; lo mismo que si se califica de progresista. Pero si es calificado de inteligente, entonces sí que sabemos algo sobre él, de la misma manera que si es designado como estúpido.
A mi modo de ver, habría que encontrar una fusión entre conservador y progresista, pero siempre siendo inteligente. Es inteligente conservar la naturaleza de modo que nuestros hijos y sus hijos puedan seguir disfrutando de un lugar como el planeta tierra; es inteligente conservar los usos y costumbres ancestrales que han permitido a este mono desnudo construirse un mundo a su medida; es inteligente conservar las tradiciones que nos ayudan a identificarnos como humanos y no como meros bípedos implumes. Pero es también inteligente, progresar en nuestra concepción de las relaciones familiares, avanzando hacia un tipo de familia que no sea meramente biológica, sino afectiva y social; es inteligente progresar en nuestra visión del mundo, abriendo las perspectivas morales que nos encierran en conductas heterónomas estrechas; es inteligente progresar en las decisiones personales, que nos ensimisman e impiden la apertura a otras formas de entender la vida y la sociedad.
Si lo vemos bien, siempre es inteligente conservar el qué y progresar en el cómo. Mantener la sustancia de las cosas respeta nuestra inserción en el mundo y nos permite abrirnos al futuro con la confianza de quien se sabe afianzado en un lugar, en un hogar. Modificar el modo de enfrentar los problemas y la manera de ver el mundo, pueden ser elementos muy útiles para una mejor adaptación a las condiciones imprevisibles de ese mismo futuro. Estamos hablando de algo parecido al adagio latino fortiter in re, suaviter in modo. El conservador inteligente es aquel que siempre se mantiene firme en el fondo de la cosa, mientras que el progresista inteligente es el que sabe amoldarse a las circunstancias, con suavidad. El ser humano inteligente es el que conserva la esencia y progresa en la forma.
Dos perlas maravillosas de estos dos prototipos:
G. K. Chesterton: “Los antiguos tiranos invocaban el pasado; los nuevos tiranos nos dirán que la evolución ha producido un caracol y un búho: la evolución puede producir un trabajador que no requiera más espacio que un caracol y no más luz que un búho” (Lo que está mal en el mundo, Barcelona 2008, 29).
Slavoj Žižek: “A veces no hacer nada es lo más violento que puede hacerse” (Sobre la violencia, Barcelona 2009, 256).
A veces, no colaborar es la forma más humana de luchar contra los tiranos que quieren convencernos de la necesidad del sometimiento.
A mi modo de ver, habría que encontrar una fusión entre conservador y progresista, pero siempre siendo inteligente. Es inteligente conservar la naturaleza de modo que nuestros hijos y sus hijos puedan seguir disfrutando de un lugar como el planeta tierra; es inteligente conservar los usos y costumbres ancestrales que han permitido a este mono desnudo construirse un mundo a su medida; es inteligente conservar las tradiciones que nos ayudan a identificarnos como humanos y no como meros bípedos implumes. Pero es también inteligente, progresar en nuestra concepción de las relaciones familiares, avanzando hacia un tipo de familia que no sea meramente biológica, sino afectiva y social; es inteligente progresar en nuestra visión del mundo, abriendo las perspectivas morales que nos encierran en conductas heterónomas estrechas; es inteligente progresar en las decisiones personales, que nos ensimisman e impiden la apertura a otras formas de entender la vida y la sociedad.
Si lo vemos bien, siempre es inteligente conservar el qué y progresar en el cómo. Mantener la sustancia de las cosas respeta nuestra inserción en el mundo y nos permite abrirnos al futuro con la confianza de quien se sabe afianzado en un lugar, en un hogar. Modificar el modo de enfrentar los problemas y la manera de ver el mundo, pueden ser elementos muy útiles para una mejor adaptación a las condiciones imprevisibles de ese mismo futuro. Estamos hablando de algo parecido al adagio latino fortiter in re, suaviter in modo. El conservador inteligente es aquel que siempre se mantiene firme en el fondo de la cosa, mientras que el progresista inteligente es el que sabe amoldarse a las circunstancias, con suavidad. El ser humano inteligente es el que conserva la esencia y progresa en la forma.
Dos perlas maravillosas de estos dos prototipos:
G. K. Chesterton: “Los antiguos tiranos invocaban el pasado; los nuevos tiranos nos dirán que la evolución ha producido un caracol y un búho: la evolución puede producir un trabajador que no requiera más espacio que un caracol y no más luz que un búho” (Lo que está mal en el mundo, Barcelona 2008, 29).
Slavoj Žižek: “A veces no hacer nada es lo más violento que puede hacerse” (Sobre la violencia, Barcelona 2009, 256).
A veces, no colaborar es la forma más humana de luchar contra los tiranos que quieren convencernos de la necesidad del sometimiento.
2 comentarios:
" El sueño de la razón produce monstruos" afirmaba un filósofo de antaño. Porque no se debería identificar inteligencia con razón. La inteligencia es algo más que razón: razón sintiente,en términos zambranianos. Razón e inteligencia emocional en búsqueda de un acercamiento transobjetivo a la realidad, en términos de hoy. Se puede captar la realidad " con un vistazo", antes que por el análisis de sus partes. En estos tiempos se hace necesario un acercamiento a la realidad e interpersonal con un plus que va más allá de términos acuñados en el siglo pasado, como conservador o progresista. Los retos son nuevos para ambos. Un saludo
Wu Wei,concepto perteneciente a la tradición oriental, apunta a no hacer nada, dejar que las cosas sigan su curso. Una actitud sabia e inteligente, que requiere acompasar el propio ritmo al de la vida. Y a veces este ritmo es pauado: hay que saber esperar, a-compasarse. La cultura occidental tiende al intervencionismo, a manipular el curso de la vida, a querer ir por delante de los acontecimientos; y en su trepidante ritmo, a veces yerra, porque la vida tiene un ritmo y significado interno que hay que dajar aflorar. Es la actitud del escultor, del profesor, que deja aflorar lo que la piedra, y el alumno lleva dentro. Y eso requiere paciencia, wu wei, no actuar. Los radios se insertan en un vacío central. El conjunto hace girar la rueda. Saludos y enhorabuena por este espacio
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