Pues bien, ahora nos vemos en la última burbuja financiera, la burbuja de la deuda. Creo que esta sí que debe ser la última porque ahora sí que no se me ocurre otra posibilidad de generar más dinero de la nada, pero el capitalismo se distingue por ser capaz de renacer de sus cenizas. Esta última burbuja se ha construido a base del endeudamiento de los estados para salvar a los bancos, pero lo verdaderamente gracioso es que esos mismos bancos han utilizado el dinero que se les dio para prestarlo a los estados. De esta manera resulta que la deuda privada se ha transformado en pública y que los estados se han vendido a los intereses financieros. Según el GEAB 42, a partir de ahora los estados entrarán en un quiebra sistemática. La abultada deuda de USA y Reino Unido no podrá ser sostenida y tendrán que recortar de tal manera el estado que apenas será una sombra de sí mismo.
Ahora les toca a las economías desarrolladas. Como los buitres financieros ya no pueden exprimir más a los pobres, deberán recortar las condiciones de vida de los habitantes de los países enriquecidos. Hemos de prepararnos para la sarta de mentiras que se van a esgrimir para recortar los derechos sociales. Se nos dirá que la crisis, que los mercados internacionales, que la competitividad, etc., etc., pero la realidad es que el salvamento del sistema financiero nos ha puesto la soga al cuello, ahora se trata de saltar y quedar colgados.
Lo he dicho muchas veces en este blog: hay que salir del sistema y avanzar hacia modelos económicos diferentes en los que la economía esté al servicio de los seres humanos y no de un grupo de chacales hambrientos de riquezas. ¡Ojalá esta sea la última burbuja!, porque la opción a esto es la burbuja de la muerte, de ganar dinero con la muerte y destrucción, como nos explica Naomi Klein en su magnífico libro La doctrina del shok, el capitalismo del desastre. En los próximos años asistiremos a demasiados terremotos, huracanes y demás desastres "naturales", estemos preparados.
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