Además de propagar la falacia negadora del cambio climático, han lanzado una campaña para convencernos de que es posible modificar las negadas consecuencias del calentamiento global, mediante el uso de tenologías de última generación que permitirán continuar viviendo en este planeta sin modificar en nada el sistema económico y social en que vivimos. Como bien dijo la ministra de Ciencia y Tecnología, la ciencia viene al rescate de la humanidad. Pero con truco: viene al rescate de la parte de humanidad que despilfarra sin cesar. Quieren inyectar nanopartículas azufradas en la atmósfera con el fin de conseguir un enfriamiento "natural" del planeta. Con tal fin han comenzado a pedir las autorizaciones correspondientes y esperan no tener ningún problema.
Mucho me temo que estemos jugando a aprendices de brujo y que si llevamos a cabo experimentos como este no seremos capaces luego de hacer frente a las múltiples consecuencias, como podrían ser la modificación de la acidez del agua de los océanos cuando el azufre acabe diluyéndose en ellos. Está claro que los que llevan las riendas de este mundo quieren que nos busquemos otro planeta, porque este parece que no va a durar mucho como sigamos así. Ya decían hace un par de años que para 2050 haría falta otro planeta o sobrarían 4.500 de los 9.000 millones que se prevén para entonces. De momento, dado que no parece viable la primera opción, gana enteros la segunda y se lo han tomado muy en serio. Estaremos atentos por si los astroradares descubren un planeta como el nuestro en el radio de unos pocos años luz.
1 comentario:
Ya sé que hay gente para todo y que si se descubre otro planeta como el nuestro, se apuntarán voluntarios para el viaje. Falta por saber si permitirán el aterrizaje de gente como nosotros, en plan conquistadores. Y ahora sin ironia: el tema ecológico es muy serio y todo lo que digamos será poco. Yahvé encomendó al ser humano el cuidado y el dominio de la tierra. Lo del cuidado está claro que no lo hacemos. Y lo del dominio lo hacemos de modo totalmente contrario a lo que es el dominio de Yahvé. El suyo no es un dominio despótico, sino el de un jardinero que transforma el jardín, haciéndolo más bello, más fructífero. En fin, que bien venidas todas las voces de alerta, que siempre serán pocas. Saludos desde Barcelona.
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