domingo, 20 de junio de 2010

¿Jabulani para quién?

El actual mundial de Sudáfrica, como todos los mundiales y eventos deportivos, tiene una cara oculta y ocultada que conviene hacer patente. Aunque sí es cierto que algunos medios están informando, pero no aquí en España. En Inglaterra ha sido el Daily Telegraph el que ha destapado la infraestructura de este evento. En Pakistán trabajan cientos de personas cosiendo este balón sideral que Adidas ha bautizado como Jabulani, que en Zulú significa celebración, y que le está reportando enormes beneficios. En los talleres donde se cose, los trabajadores tienen jornadas de 12 horas diarias en las que pueden llegar, con suerte, a coser 5 balones, por lo que reciben unos 90 euros al mes como máximo. Con este dinero, muy al contrario de lo que muchos piensan, apenas se puede sobrevivir, como es el caso de una familia donde marido y mujer cosen Jabulanis, y eso no da para que sus hijas estudien.
El International Labor Rights informa de que ese dinero no es suficiente para una vida digna y que en último término, que este balón se esté cosiendo con mano de obra adulta no deja de ser una excepción debida al foco internacional puesto sobre ello. Lo habitual es el trabajo infantil en todos los países asiáticos donde se concentra la producción mundial de material deportivo. Las multinacionales del deporte tienen asegurada una mano de obra abundante y obediente. Cuando se producen eventos como los de Thailandia de las últimas semanas, ya se encarga el ejército de evitar posibles pérdidas a las empresas extranjeras. Ningún cambio político puede poner en peligro el sacrosanto beneficio empresarial.
Ahora mismo hay en el mundo 500 millones de niños trabajando en lugar de hacer lo propio de su edad: jugar e ir al colegio. Y mientras estos 500 millones de niños trabajan para apenas poder sobrevivir, otros 500 millones de adultos están en paro. Una simple cuenta permite ver que si los niños no trabajaran, esa labor sería suplida por los adultos, por ello hay que preguntar algo tan simple como por qué no sucede esto. Creo que la respuesta es evidente para cualquiera que no tenga podrida la capacidad de juicio por tanta mentira como nos invade: de un lado se necesita un ejército en reserva que mantenga bajos los salarios y los derechos, mientras por otro lado, la mano de obra infantil es la más beneficiosa para las empresas multinacionales. Un gran crimen que se comete con el consentimiento de todos los organismos internacionales y con nuestra misma colaboración. La pregunta que debemos hacernos es para quién es este mundial Jabulani, una celebración. Excuso la respuesta.

1 comentario:

Martín dijo...

Era bien conocido que las zapatillas y el material deportivo tiene su origen en la explotación de mano de obra infantil. Lo que dices sobre los balones no lo conocía, pero está en línea con esta explotación del pobre. Pero no es solo el material deportivo, son muchos otros "bienes" que consumimos los que tienen su origen en un pecado original. Es bueno que se sepa que detrás de tanta apariencia, de tanto fulgor, hay mucha oscuridad y mucho destrozo humano. A veces recuerdo eso de Jesús: pobres siempre los tendréis con vosotros. Pero enseguida añado: no porque esa sea la voluntad de Dios, sino precisamente porque no se cumple la voluntad de Dios.

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