En tiempo de melones...

El sabio dicho popular nos previene contra las grandes alharacas intelectuales y sobre todo contra los excesos verbales y casi verborréicos que se dan en la época estival. En tiempo de melones no hay sermones, advierte el pueblo, y no seré yo quien contradiga tal acumulación de sabiduría, por eso me había planteado dejar un tiempo de escribir en el blog, hacer algo así como estiaje y dejar descansar a los lectores. Pero también pensé que eso no era más que un subterfugio para poder descansar un poco. Este curso ha sido muy intenso y quien más ha pagado todo este trabajo ha sido mi familia. Es evidente para cualquiera que no se puede tener una jornada de trabajo de 12 horas diarias y algo así he vivido en los últimos doce meses. A mi trabajo como profesor de religión, lengua y latín en secundaria, tengo que sumar mis clases de filosofía y teología y la dirección del Departamente de Filosofía. Pero este año se ha añadido también, desde junio de 2009, la elaboración del proyecto del Máster en Teología para la verificación por ANECA y todo el trabajo de coordinación del mismo, que si Dios quiere se empezará a impartir en septiembre. También he de contar las distintas publicaciones en revistas y los dos libros publicados, así como las conferencias y charlas que he impartido.

Ha sido un curso muy fructífero, pero también muy cansado. Creo que he llegado con las baterías al mínimo y hay que recargar. Ahora que he terminado con toda la docencia, sólo me quedan las coordinaciones, algunos artículos en preparación y otro libro que busca editor (si alguno lee esto póngase en contacto, aseguro discreción). Y, por supuesto, este blog, que ha sido la mayor alegría que he tenido en el plano laboral. No es una exageración, no. Se podría pensar que la publicación de mi último libro es más importante, pero esa publicación se ha dado a conocer, en gran medida, gracias a este espacio. Son muchos, muchísimos, los que siguen el blog y me han hecho llegar su interés por el libro. Pero es el blog el que nos une a todos. Mediante este espacio de comunicación puedo hacer llegar de forma directa y clara mis reflexiones e inquietudes, y compartir con tantos amigos y amigas un proyecto de construcción de otro mundo. Por todo ello, he decidido seguir también en julio y agosto, aunque haré una pequeña parada cuando toda la familia nos vayamos de vacaciones, creo que lo tenemos merecido.


De momento, gracias a todos los que seguís leyendo este espacio.