Ese mismo año quiebra la burbuja de las empresas de internet y deja al descubierto un enorme agujero en las cuentas de resultados de las grandes empresas que cotizan en Wall Street. Los responsables pensaron "a grandes males, grandes remedios". 11 de septiembre de 2001: tres edificios en el centro financiero mundial sepultan las ilusiones de paz y prosperidad y las pruebas del mayor delito financiero de la historia. Aquel inquietante atentado contra las conciencias de los felices habitantes del norte enriquecido permitirá emprender la mayor estrategia guerrera de la historia, con un despliegue financiero que llevará al mundo enriquecido a salir de su propio pozo, pero que enterrará definitivamente al mundo en el agujero de la guerra eterna. En 2003 ya estaba claro que nada había que hacer con los objetivos del milenio, porque la agenda ya era otra. Para entonces, los indicadores de pobreza y miseria se habían disparado y aún no nos habíamos enfrentado a la mayor de las mentiras que hemos sufrido: la crisis financiera mundial de 2007-2010. Ahora sí que tienen la excusa para no hacer nada de nada, y la pobreza aumenta en la misma proporción que la destrucción de medio ambiente.
En los próximos meses asistiremos a una nueva hambruna mundial provocada por el alza especulativa de los precios del trigo en la bolsa de Chicago. En dos meses su precio ha pasado de los 250 $ a 450$ y sigue en alza. La causa no ha sido la disminución de la producción ni el cierre de exportaciones de Rusia, como se ha dicho. No, nos encontramos ante la tercera mayor cosecha de la historia. La especulación ha sido producida porque la rentabilidad del dinero era escasa en la bolsa tradicional debido a la imposibilidad de seguir poniendo dinero en circulación. Pero también ha sido producida porque los especuladores acaparan los derechos de compran sobre el trigo en previsión de un demanda posterior, y no se equivocan, los seres humanos siempre necesitaremos comer.
Así es que aquí estamos, los líderes mundiales reunidos para constatar el fracaso de la utopía ilustrada y para decirnos a todos que debemos hacer mayores esfuerzos. Espero que sean muchos los que se acuerden que esos mismo líderes son los que han regalado a los bancos, es decir, a los ricos, o sea, a los que provocaron la crisis, 8 millones de millones de euros. Sin embargo, no hay 100.000 millones de euros para solucionar la pobreza. En fin, que seguro que el bueno de Labordeta seguirá cantando aquello de "habrá un día en que todos, al levantar la vista, veremos una tierra que ponga libertad". Este buen hombre no fue nunca un iluso, bien sabía él que "esa hermosa mañana, ni tú, ni yo ni el otro la lleguemos a ver, pero habrá que forzarla para que pueda ser". Ya no estamos a tiempo de forzar nada y la pendiente hacia la catástrofe humana es empinada, pero aún estamos a tiempo de vivir esto con dignidad y la única manera de ser digno en esta situación es indignarse.
2 comentarios:
Somos como esos viejos árboles
mecidos por el viento
que llega desde el mar
vamos a echar nuevas raices
por campos y veredas
para poder andar
vamos a hacer con el futuro
un canto a la esperanza
y poder encontrar tiempo
cubierto con las manos
rostros y labios
que sueñan libertad
Juan Antonio Labordeta.
In memoriam
Bienaventurados
aquellos que trabajan
por la Paz, la Justicia
la Libertad
Fe de errata: el nombre de Labordeta es José Antonio
Disculpen
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