Recordar a Jesús de Nazaret fue la primera labor de los discípulos tras la experiencia pascual. El recuerdo de su vida, sus palabras, sus hechos y sus gestos se convirtió en la vida de las comunidades que anhelaban el Reino por el que Jesús trabajó. Recordar sigue siendo hoy la única manera de ser discípulo, pero este recuerdo, como entonces, no deja indiferente y llama, convoca en invoca otro mundo donde la justicia, la misericordia y el amor son las divisas de los que mantienen viva la esperanza de todos los excluidos de este mundo. Jesús, el pobre y excluido de Nazaret, sigue vivo entre todos aquellos que se sientan a la mesa para hacer, en memoria suya, una comunidad fraterna que trabaja por el Reino. Recordar la vida de Jesús no es sino otra forma de crear el futuro, construir el Reino.
Recordar es la forma social de existencia. Todo grupo humano que persista en el tiempo lo hace porque mantiene formas de memoria que le permiten saber quién es, de donde viene y hacia dónde se dirige. El cristianismo no es diferente al resto de grupos humanos que han existido. Nacido de una experiencia concreta, la de Jesús de Nazaret en medio del pueblo judío y del Imperio romano, se extiende a lo largo de los siglos manteniendo el recuerdo de aquella experiencia.
Recordar a Jesús de Nazaret es el modo y el medio que tenemos los cristianos de llevar a cabo el cambio de mentalidad (metanoia) que está exigiendo este mundo en crisis. En un ambiente de silencio y oración intentaremos ver cuáles son los caminos que nos abre hoy el Espíritu para actuar en un mundo en quiebra.
Quienes estén interesados pueden ponerse en contacto antes del día 20 con el número 968367044, con Rosa Ortí. El lugar se encuentra en la calle Cuesta de la Luz, 50. Santo Ángel.
1 comentario:
Los participantes en el Retiro están de enhorabuena. Un buen recuerdo cambia la vida; y en el recuerdo de Jesús se hace presente el Espíritu.
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