Galgos o podencos, en todo caso de negro.

Resulta patética esta disputa entre la derecha y la izquierda mediática para ver si son galgos o son podencos, sean una cosa o la otra acabarán cazándonos y entonces será tarde para andar discutiendo. Qué importa si se se le llama "rescate" o "préstamo". Lo verdaderamente importante es la res, el asunto, el fondo de la cuestión y no la denominación. Por eso debemos ir a los hechos y no dejar que nos lleve la pasión, sea la de unos por inculpar al anterior gobierno por no haber tomado medidas, sea la de otros por cargar sobre el gobierno actual el estigma de la intervención, pues sería la primera vez en la historia de España que esto sucede. Así es que vayamos a los hechos y veamos qué nos dicen, luego sacaremos las conclusiones terminológicas.

Los hechos son que la banca española tiene unas necesidades muy abultadas de financiación fruto de los excesos cometidos estos años atrás, donde se dieron préstamos sin control y se financió a promotores que luego han dejado el país hecho un erial y se han ido de rositas a otra parte como si tal cosa. Solo hay que analizar el caso de Astroc o Martinsa, las dos han quebrado y los bancos se han comido la deuda, es decir, los acreedores han cargado con la lógica carga de su apuesta. Las inversiones tienen un riesgo de pérdidas y así lo han reconocido los bancos. Pero ahora esas pérdidas pesan como plomo en sus balances y no hay nadie que les preste, de ahí que el Estado entre a salvar a los bancos de su pésima gestión. El gobierno ha solicitado dinero a Europa porque los mercados de capital están cerrados tanto para el sector privado como para el público. El dinero solicitado es el 10% del PIB y el 10% de los préstamos que los bancos tienen vivos todavía. Se pretende con ello tener un colchón que permita ir recapitalizando las entidades financieras a medida que los préstamos entren en mora. Hasta aquí una parte de los hechos que da la razón al gobierno: se trata de un préstamo a menor interés del mercado para recapitalizar bancos, de ahí que sean los bancos los que tendrán que pagarlo.
Pero viene la segunda parte que a su vez posee dos derivadas. El dinero no lo da Europa a los bancos españoles, lo da a España para que por medio del FROB lo inyecte en los bancos, de modo que el Estado es el garante de ese dinero y el que se responsabiliza de su devolución, cobre él o no el dinero a los bancos. Por tanto, aunque es dinero para la banca, es dinero prestado al Estado, y este cuenta en su déficit y deuda pública. Esto implica que nuestro endeudamiento actual pasa de ser poco más de 700 mil millones a más de 800 mil millones, un 14% más de golpe. Esto, visto en los mercados de capital producirá una subida de los intereses que debemos ofrecer por financiarnos y un detrimento en el dinero disponible para otros menesteres. Esta es la primera derivada, la segunda, que es la madre del cordero de lo que se avecina, es que la provisión de fondos para los bancos está estimada para un escenario como el que vivimos, pero si hubiera un empeoramiento sería necesario inyectar más liquidez y por tanto nuevos "préstamos" de Europa. Si, por ejemplo, a final de año estamos en 6 millones de parados, la producción industrial se hunde otro 8% y seguimos sin financiación privada en los mercados, las hipotecas en mora aumentarán exigiendo nuevos capitales en los bancos y por tanto otra intervención externa.
Pero aún hay más. Los que ponen el dinero quieren cobrar y como el garante es el Estado español le harán firmar, en julio será, un momorándum con las condiciones para el préstamo, condiciones que serán las habituales de la troika y el FMI: aumento del IVA, reducción de prestaciones y pensiones, eliminación de funcionarios y contención del gasto social. Todo esto deprimirá aun más al economía, lo que nos situará no en 6 millones sino e casi 7 en 2013. En este escenario la quiebra total del Estado está servida, por haber decidido salvar a los bancos y avalar el préstamo europeo. Por tanto, no sé si es rescate o no, pero se parece mucho a lo que ha sucedido en Grecia y en Portugal y lo mismo que sucedió en América Latina en los ochenta y noventa: el saqueo de los recursos y el robo sistemático de la riqueza de un país. Para mí es evidente que este es el principio del fin de nuestro país independiente, a partir de ahora seremos una colonia del capital alemán. La solución, ahora sí ya definitivamente y por dolorosa que resulte es salir del euro, declarar la suspensión de pagos y rehacer el modelo.