jueves, 20 de septiembre de 2012

"Cuando todo podía derrumbarse"


Este no quiere ser un comentario de un libro, ni tan siquiera una reseña de una obra importante; quiere, como solo se puede querer lo fundamental, recuperar el valor de la narración para la sociedad humana, un valor que la sociedad del espectáculo está arrinconando y que el cristianismo, si quiere subsistir, tendrá que recuperar a toda costa. Esto es lo que hace l’esprit de finesse de Xabier Pikaza[1], un espíritu cultivado y cautivado por la Sagrada Escritura, en especial por la figura y la presencia de aquel que, nacido de una joven en extrañas circunstancias, fue el revulsivo histórico que Dios quería para la humanidad; fue la salvación para todos los que se han encontrado con él y los que lo harán. Pero para encontrarse con él es necesario recibir el testimonio, y esto habría sido imposible sin la genialidad de un tal Marcos, allá por el año 70 de nuestra era. Tuvo la osadía y la iluminación de escribir para que no se perdiera, justo en el momento en el que todo podía derrumbarse (28), la experiencia de un grupo de hombres y mujeres que habían compartido con el Nazareno su vida, sus anhelos, sus lágrimas y su fe.

Pikaza, sin grafía, pero con el sentido de una obra completa, pretende también, como Marcos, recuperar la experiencia salvífica de Jesús ahora que todo puede derrumbarse y que los hechos históricos nos conducen a variados caminos sin salida, a tientas, sin la luz de la fe ni tampoco la de la ciencia. Por eso quiere rescatar del olvido, redimir de la condena al abandono, lo que ha sido una gran tradición de liberación de la humanidad vivida con pasión, sufrimiento y compromiso y que, en el devenir de los tiempos modernos, los mismos que debíamos poner en la práctica diaria, hemos dejado de lado por miedo a las consecuencias que tal compromiso arrostra. Son consecuencias para la propia vida, pues lo que Marcos nos da no es sino una biografía de la persona humana de Jesús en la perspectiva pascual. Marcos, dice Pikaza, propone la solución al Calvario: contar la historia real de Jesús, es decir, la pascual. Es el relato del fracaso mesiánico de Jesús Nazareno que, paradójicamente, se construye como la posibilidad de la llegada del Reino de Dios a partir de Galilea para todos los hombres que vivirán, para toda la sociedad y para todas las sociedades. Galilea es el nuevo comienzo del Resucitado en y por sus seguidores para todos los confines del mundo y para toda la historia. Galilea es hoy el signo de la necesitada reconstitución eclesial que debe experimentar en sí misma la Pascua de Cristo. Muriendo y resucitando, la Iglesia será capaz de cumplir su misión, justo antes de que todo se derrumbe.
La obra, magna por su volumen y magnífica por su ejecución, es una lectura y comentario capítulo a capítulo y versículo a versículo del primer evangelio histórico. Quiere ser y es un texto de consulta y acompañamiento para los lectores del evangelio. Los siglos transcurridos y la necesaria traducción, no solo textual, sino vivencial, hacen necesario un texto que acompañe y explique el de Marcos. Solo un especialista puede hacer esta labor, un especialista con la dedicación y la experiencia de Xabier Pikaza. De ahí que esta obra contenga, a partes iguales, la obra del hagiógrafo y la obra del teólogo. Como las grandes obras del siglo pasado sobre Jesús, esta también nos muestra el Jesús de Pikaza, no solo el de Marcos, de ahí que sea el Marcos de Pikaza, el evangelio según Pikaza. Y muy al contrario de lo que cierta exégesis al uso pretende, a saber, recuperar el texto originario sin la mediación del intérprete actual, esta obra es muy consciente de la necesidad de toda traducción y de los medios y métodos que las ciencias hoy nos aportan. Lejos de ser estos métodos impedimentos, son los posibilitadores de todo acercamiento al texto, texto que quedaría como una simple reliquia si no pudiéramos hacer otra cosa que repetir sus palabras sin alcanzar el corazón de las mismas: el sentido que vehiculan. Los textos, sin el acercamiento de los plurales métodos exegéticos, son tumbas del sentido, sarcófagos del pasado, mausoleos de la experiencia humana.
Para hacer una mínima aproximación a la obra lo haremos en tres momentos que presuponen tanto la quiebra histórica del cristianismo marcano como la quiebra posmoderna que nos atenaza. El texto, todo verdadero texto, presupone un sustrato oculto, la trabazón de los hilos de su composición, donde se asienta la trama que se expone. Esa trama nos permite rescribir el sentido de la experiencia humana, recrear la comunidad liberadora y reconstruir la historia de salvación. Esto es lo que ha establecido Pikaza en su obra: un texto que reconstituye el texto de la experiencia creyente de la comunidad marcana.




[1] X. Pikaza, Evangelio de Marcos. La Buena Noticia de Jesús, Verbo Divino, Estella 2012, 1199 pp. Las las referencias entre parántesis se refieren a esta obra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

it's ok

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...