Haciendo un juego con la expresión de la exitosa serie de la Fox, Expediente X, podemos decir, como nuevos Mulder y Scully, que la verdad está ahí fuera en el caso de Mitt Romney. Se trata del Expediente R, de Romney. Cual investigadores avezados, buscamos todas las pistas del crimen y enseguida nos llevan al asesino, no nos hace falta ninguna confesión, las pruebas hablan por sí mismas. Veamos cuáles son estas pruebas:
1ª. En Estados Unidos, los Republicanos se han opuesto siempre a cualquier iniciativa que grave las rentas altas y han propiciado una cierta amnistía fiscal para una parte importante de las élites.
2ª. Mitt Romney pertenece a una estrecha élite de americanos que han acrecentado su riqueza en los últimos 20 años, justo el mismo periodo en el que se ha liberalizado la economía a pasos agigantados y se han reducido los impuestos a las rentas del capital y a los grandes fortunas.
3ª. Su discurso político siempre fue calculado y ambiguo: por un lado dice defender a todos los americanos y por el otro entorpece medidas que aliviarían la situación de la mitad de la población, especialmente de los hispanos y los negros.
4ª. Ha defendido la reducción del gasto federal, la disminución de los impuestos, que solo puede ser a quienes los pagan, y la eliminación de lo que ellos llaman despilfarro público.
5ª. Mantiene la reducción de la administración y su sustitución por la iniciativa privada, eufemismo con el que designan el lucro y la avaricia sin límite de su modelo de sociedad.
Vistas las pruebas no necesitamos confesión de parte, aunque esta fuera obtenida con subterfugios. El vídeo donde aparece Romney ante una nutrida representación de sus donantes (eufemismo que designa a los dueños de los partidos) diciendo sin tapujos la verdad de su discurso, huelga. Con lo que habíamos visto nos bastaba para declararlo culpable de querer segregar aún más a la población, de pretender eliminar las ayudas que más de la mitad de los americanos del norte perciben de la administración, sea por medio de la educación, de la sanidad, de los programas sociales o de la simple y pura alimentación. Romney solo podía engañar a quien participara de la falacia colectiva que soporta su discurso. Solo podía engañar a quien quisiera ser engañado.
En España podríamos tener un corolario de este asunto en la tan traída y llevada cuestión de si el actual gobierno está incumpliendo el programa con el que se presentó y ganó las elecciones. Existen cuatro posiciones sobre esto:
1ª. Los que opinan que el equipo del partido que soporta al gobierno no sabía la profundidad de la situación en la que estaba el país.
2ª. Lo que creen que sí lo sabía, pero hizo un acto de fe en que podría solucionarlo.
3ª. Aquellos, realistas y algo cínicos, que afirman que aunque sabía que no podría cumplir el programa, no podía decirlo si quería ganar las elecciones.
4ª. Los que están convencidos que Rajoy mintió a sabiendas y que todo esto no es más que un plan premeditado.
A mi modo de ver, y a la espera de un vídeo tipo Romney que lo demuestre (al estilo de aquel micrófono que captó lo del "hijo puta"), la verdad siempre ha estado ahí fuera, a la vista de todos. El partido que soporta al actual gobierno ha defendido:
1º. La reducción del gasto público y de los impuestos, lo que lleva a la pérdida del Estado tal y como lo conocemos.
2º. La desestructuración de las relaciones laborales y la pérdida de los derechos adquiridos durante varias generaciones.
3º. La privatización de todo lo que sea propicio para el lucro, junto con la socialización de las pérdidas que genere la gestión privada de lo que antes fue público.
4º. Los intereses de los grandes bancos y corporaciones financieras en detrimento de PYMES y trabajadores.
De nuevo, vistas las pruebas, la sentencia solo puede ser CULPABLE de querer destruir la estructura social que hemos tenido los últimos 35 años, de pretender hacer pagar la situación a los que ninguna culpa han tenido en ello, de dejar salvarse a los verdaderos culpables y de permitir el expolio que los especuladores están haciendo de las riquezas patrias. Nadie debe asombrarse por esto, ha sido siempre patente para quien tenga ojos en la cara y alguna neurona en su cerebro. La verdad seguirá estando ahí fuera.
2 comentarios:
Ya se sabe lo que pasa con los liberales, que cuanto más te liberan más esclavo eres.
Pues no sé yo esto.
Publicar un comentario