Mientras existan personas como Antonio López Baeza, que va regando a su paso los sembrados de la justicia, la paz y la misericordia, nos quedará la esperanza de que un mundo distinto es posible. Gracias, hermano, por tus palabras y por tu amistad; por dedicar algo de tu poesía a mis reflexiones sobre este mundo y el otro que anhelamos. Gracias por tanto que nos has dado a tantos y por tu último libro publicado en Narcea, La oración, aventura apasionante. Solo se escucha desde el silencio.
Algunos andan buscando cómo juntar casas con casas y campos con campos sin dejar espacio a los pobres, pero ante eso hemos de oponer una lógica distinta, la lógica del don. Frente al productivismo suicida, la espera del Amado; frente a la búsqueda insaciable del lucro, la entrega sin límites al otro; frente al endurecimiento del corazón de un mundo preocupado por el presente, la memoria de las víctimas y el proyecto futuro de un mundo de amor y dignidad para todos los que anhelan la vida en el Amor que nos construye como verdaderos seres humanos, hermanos todos e hijos del único Padre, que hace salir el sol sobre justos e injustos.
NO PODÉIS SERVIR A DIOS Y AL
DINERO
A Bernardo
Pérez Andreo, por su
libro NO PODÉIS SERVIR A DOS AMOS
LOS QUE aún
creen que el dinero puede salvar al mundo,
y al dinero
confían un poder absoluto;
y rinden al
dinero honor y pleitesía,
y le
construyen templos que a su culto convidan;
y, extendiendo
en el orbe la religión del oro
-sólo quien
oro tiene puede tenerlo todo-,
y dividen los
pueblos en ricos y oprimidos
-Lázaro ha de
ser pobre porque Epulón es rico-;
y creen que la
vida justa es para quien tiene
en su uso y
abuso abundancia de bienes,
y olvidan que
el gran bien de una humana existencia
radica en
compartir el ser y sus carencias,
hasta haber
conseguido que toda carne encuentre
en abrazo a
otra carne su ser libre de muerte:
…nada podrán
saber de aquella salvación
1 comentario:
Admiro profundamente a mi amigo Antonio López Baeza.
Su vida es amor y entrega, a los pobres, oprimidos, necesitados...
Es, en resumidas cuentas, un gran humilde sabio.
Tengo mucho que agradecerle, gratas conversaciones y confortadoras lecturas.
Su signo es HUMANIDAD, sin límites.
No existen palabras para definir a esta PERSONA sin parangón.
GRACIAS, BERNARDO, POR ESTA ENTRADA, POR PERMITIRME LA ALABANZA, POR PERMITIR A MUCHOS QUE PUEDAN DELEITARSE EN EL CONOCIMIENTO DE ANTONIO
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