martes, 22 de octubre de 2013

España a precio de saldo

Al gobierno solo le falta salir por las plazas a voz en grito repitiendo aquello de "barato, barato, vendo barato. España en venta, vengan y compruébenlo". Tras dos años de destrucción sistemática de las condiciones económicas de un país que llegó a ser la octava potencia económica mundial, ahora se ha llegado a la situación que Alemania y sus satélites estaban deseando para España: una colonia donde todo está a precio de saldo. Se venden los parques naturales, los edificios públicos, los monumentos, las playas, los montes, los pueblos y el patrimonio con la finalidad de reducir una deuda a la que nos ha llevado la avaricia de unos cuantos y la estulticia de la mayoría. Pero ahora también se vende, y a precio de saldo, nuestras industrias, lo único que podía realmente hacer de este país un ente nacional autónomo. A partir de 2014 no va a quedar nada de la industria patria que pueda considerarse como capital autóctono. Todas las decisiones sobre política industrial se tomarán fuera de España y por tanto con criterios que poco tendrán que ver con nuestras necesidades, véase si no lo sucedido con una de las marcas líderes en su sector: Panrico.

Tras la compra por parte de capital de fondos buitre, Oaktree, Panrico va a ser despedazada cual presa alcanzada por una jauría hambrienta. Tras su destrucción, otras empresas podrán tomar el nicho de mercado de esta empresa y, a la larga, imponer sus decisiones en un sector que es crucial para la sostenibilidad de una economía. Lo mismo ha sucedido con Campofrío, adquirida por capital chino y que, si bien no será destruida, sí se pondrá al servicio de intereses que poco o nada tienen que ver con los nuestros. Es cierto que en la venta de estas empresas no tendría que ver nada la política del gobierno, pero lo único que puede explicar la situación que permite su adquisición por capital foráneo es la destrucción de las condiciones sociales y económicas de nuestro país. Aunque los empresarios españoles no quieran creerlo, las políticas de ajuste y recortes les perjudican a ellos más que a nadie y esto no es difícil de entender.


Si un empresario quiere seguir siéndolo y no va simplemente a pegarse el pelotazo vendiendo su empresa a un grupo multinacional, sus intereses son que sus productos tengan la mayor salida posible y el lugar natural para ello es su propio país. Para vender bien debe existir una demanda solvente suficiente, garantizada tanto por unos salarios adecuados como por unas condiciones de vida que extiendan la capacidad de compra a una parte muy amplia de la sociedad. Estas dos condiciones son las que existían en España antes de 2010, pero tras tres años de ajuste durísimo, España se ha convertido en un país de servicios con salarios muy bajos y una menguante cobertura social de su población. Estas condiciones son la peores posibles para el desarrollo de una industria nacional, pero son las mejores para que empresas internacionales entren a saco en la economía y arrasen con todo, sea para comprar a competidores, sea para destruir competencia, sea para hacer caja rápidamente. El ejemplo de Panrico es el clásico de la destrucción de competencia y hacer caja con una empresa que ha sido líder en su sector. El caso de Campofrío es el intento por acaparar un sector clave, la alimentación. Y el caso de FCC, donde ha entrado Bill Gates, es el ejemplo de aprovechar las oportunidades. FCC es una empresa que vive a costa del sector público, contratando servicios de administraciones, servicios que están en aumento al disminuir la presencia de lo público. El siguiente paso de FCC es entrar en la sanidad y la educación y ahí, si siguen estas políticas, hay mucho negocio, negocio hecho a costa del bolsillo de todos los españoles.

España está en venta, España está de saldo, no pierdan la oportunidad de llevarse una ganga. Mañana puede ser tarde, quizás los españoles despierten del sueño de Morfeo en el que siguen narcotizados y se acabará la fiesta.

*Oaktree ha hecho con Panrico lo que dice el manual del buen fondo buitre: compra barato una empresa en dificultades, reestructura la deuda, reducida de 390 a 90 millones de euros, divide la empresa, vende lo bueno a precio elevado y cierra el resto. Al final del proceso, el beneficio neto de la inversión para Oaktree puede ser del 300%, mientras España pierde 4000 trabajos directos y los indirectos. El negocio es perfecto para Oaktree, lo que no se entiende es que el gobierno no haga nada antes esto.

1 comentario:

Joaquín Galán dijo...

Ya lo entenderán cuand el consumo se reduzca exclusivamente a los artículos de primera necesidad.Aunque están tan ofuscados con obtener solo beneficios que tardarán en volver a entender que una empresa es un medio para ganarse la vida y no para enriquecerse a costa de los trabajadores.

Saludos.

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