jueves, 15 de octubre de 2009

1020 millones y subiendo

Dice Alan Sokal que el gran problema de los tiempos en que vivimos es la pérdida del concepto de verdad objetiva. Como es sabido, este físico y matemático estadounidense nos empuja a centrar nuestros esfuerzos en conocer lo que es más allá de cualquier interpretación social que pueda hacerse de los hechos. No tiene ningún problema en obviar a Nietzsche, Derrida o Luckman, porque las teorías postmodernas sólo han traído una pérdida de potencia revolucionaria en el mundo en que vivimos. Nosotros compartimos esto mismo y lo hemos publicado tal cual en el artículo que puede consultarse en la columna lateral "Alternativas contra la globalización: otro mundo es imprescindible", ahí especificamos nuestro disgusto por el hecho de que estos autores que supuestamente venían de los intentos por cambiar/mejorar el mundo, acabaran entregando la munición necesaria para que el sistema permaneciera inalterable por varios decenios. Si la realidad es una construcción social; si los textos no tienen intención y el autor no existe; si lo cognoscible es relativo, entonces nada queda por lo que podamos comprometernos y luchar, porque el sufrimiento de los millones de seres humanos que no pueden acceder a un mínimo vital, puede que sea una cuestión relativa que merece ser desconstruida con el fin de sopesar la necesidad de una transformación hermenéutica de la realidad en un mundo sin referentes, nos diría cualquier postmoderno al uso.

El problema aquí es que la gente no tiene para comer y que la comida sobra en el mundo. Estos son los datos brutos que el informe de la FAO ha emitido con más resignación que vergüenza. Y los hechos objetivos y demostrables, sin ningún tipo de interpretación que rebaje su poder de convicción, siguen diciendo que en los últimos dos años hemos pasado de apenas 850 millones de hambrientos a los 1020 millones que hemos referido. Y eso sólo de hambrientos crónicos, porque los que padecen una situación de subalimentación rayana en la hambruna son otros tantos millones, con el peligro que en breve acaben aumentando las cifras del primer grupo. Mientras tanto, y esto no lo dice la FAO, cuatro empresas controlan la producción mundial de cereales, una de ellas el 40%. Estas empresas han multiplicado por cuatro sus ingresos debido al alza de precios fruto de la especulación que propicia la situación de monopolio. Ahora sí que me voy a permitir interpretar los datos: si 200 millones de personas han engordado (lo único que pueden engordar) las cifras de hambrientos, y estas empresas han engordado sus ingresos, hay que restar a sus vidas los que sumamos a las cuentas de las empresas, o en otras palabras, las empresas susodichas son unas asesinas que deberían ser juzgadas y condenadas por crímenes contra la humanidad.

Por si interesa dejar de ser cómplices con estos asesinos, las dos principales empresas son Cargill, la mayor de todas, y Monsanto. Estas empresas no comercializan directamente, sino que controlan los mercados. Los responsables directos son, cómo no, Nestlé, Kellogg's, kraft foods, Nabisco y Unilever. Estas empresas poseen más de la mitad de todos los productos que se comercializan en el mundo y son capaces de controlar su producción y los precios. Si compramos sus productos, ayudamos a que sigan matando de hambre a un sexto de la humanidad. Y no voy a aceptar que esto sea populismo, es la realidad de los hechos y nadie ha sido capaz de desmentirlos. Nosotros seguimos viviendo en la burbuja de falsedad que nos hace creer inmunes a las responsabilidades, pero cada vez se acerca más el momento en el que deberemos dar cuenta de todos nuestros actos, porque las condiciones de vida en el planeta se van a poner difíciles y llegará la hora de las decisiones definitivas. Lo que me apena es pensar que cada vez estamos más incapacitados para ver la verdad objetiva, sea por incapacidad en la mayoría de los casos, sea por intereses espurios. Como decía un asesor de Bush: "los hechos no importan, importa que nosotros somos los que los interpretamos".

P.S.: podríamos haber puesto cualquiera de las hirientes imágenes de niños famélicos que una búsqueda en google nos aporta, pero creo que buscan más la lástima y la rabia que la acción transformadora de la realidad, como hemos constatado en ciertas ONGs que se dicen católicas y que han derivado en mero asistencialismo.

2 comentarios:

Martín Gelabert dijo...

En estos días la prensa ha publicado que la República del Congo (espero no equivocarme) ha puesto a la venta un tercio de su territorio. Pronto Africa será propiedad de las multinacionales de la alimentación o del hambre, según como se interprete. Y una cosa a propósito de los hechos (que sí importan) y su interpretación. La cuestión es: ¿quién interpreta? Y también: hay presupuestos, o mejor intereses, que condicionan la interpretación. ¿No decía algo de eso Habermas: Conocimiento e interés?

Bernardo Pérez Andreo dijo...

El dato que apuntas lo habíamos referido en este blog el 20 de Junio elo el post llamado "la era del colonialismo":(http://bernardoperezandreo.blogspot.com/2009/06/la-era-del-hipercolonialismo.html). Lo que aportas ratifica aquella información y nos hace ser más pesimistas. Se confirma que la crisis es una buena oportunidad para las multinacionales de hacerse con los recursos de los países pobres y aumentar sus ingresos a la par que disminuye la seguridad alimentaria y, por tanto aumenta el riesgo de hambruna generalizada en esos países. Lo que deberíamos pensar es en la próxima oleada de inmigración que se agolpará con mayor virulencia aún sobre nuestras fronteras, y España será la principal afectada. Claro que nuestra respuesta será, como hoy dice la prensa de Murcia, el aumento en seguridad fronteriza: se ha inaugurado un sistema de alerta contra pateras que ha costado 7 millones de euros.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...