martes, 18 de marzo de 2014

El hijo del carpintero

Qué poco sabemos de José, el padre de Jesús, según lo que nos cuentan los evangelios. Noticias ciertas que queden de José es que era carpintero, de ahí que a Jesús se le llame "el hijo del carpintero" en Mateo 13, 58. Sin embargo, es lo suficiente para situar a Jesús en su tiempo y en su circunstancia social, económica y política. Todo hombre es más hijo de su tiempo que de su padre, pero de su padre le queda la marca indeleble del oficio, del modo de ganarse la vida. En realidad, no necesitamos saber más sobre José, pues su papel en la vida de Jesús no va más allá, según la importancia que los relatos evangélicos le han dado.
Me permito extractar un texto de mi libro Descodificando a Jesús de Nazaret (pp 160-163) en el que analizo exactamente lo que significa que Jesús, como su padre, era carpintero. Este mismo texto me ha servido para realizar la voz Carpintero en el Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia, dirigido por Alfonso Ropero Berzosa. Espero que pueda arrojar luz sobre algo que sigue siendo muy oscuro para muchos. Unos piensan que Jesús era algo así como un ebanista actual, de clase media alta y con una cultura amplia. Otros lo sitúan en la línea de cierta élite social y cultura. Como se puede ver en el texto que sigue, todo esto son errores que no hacen sino entorpecer la comprensión del Evangelio, de ahí la necesidad de descodificarlo.

Hemos dejado arriba la cuestión del significado exacto de la palabra que se traduce habitualmente por carpintero. En principio hay que indicar que en todo el Nuevo Testamento esta palabra, en su original griego tekton sólo aparece en dos textos: Mc 6, 3, aplicado a Jesús mismo, y Mt 13, 55, aplicado a su padre con lo que «el hecho universalmente conocido de que Jesús era carpintero pende del hilo de medio versículo»[1]. Pero, demos crédito a la información y analicemos su significado.


Según Balz y Schneider, un tekton es un obrero de la construcción, aquel que produce algo con sus manos, especialmente con madera[2]. Su significado primigenio es el de obrero de la construcción derivado de su significado, originariamente techo, casa. Debe aplicarse en este contexto a aquellos que se dedicaban a la construcción de casas donde intervenía tanto lo que es la albañilería propiamente como lo que hace referencia a carpintería. Jesús y su padre serían propiamente obreros de la construcción con una especial dedicación a los trabajos con la madera. Como lo expresa Léon-Dufour:

«[carpintero] traduce inexactamente el griego tekton (del que se deriva "arquitecto"), ya que los carpinteros apenas eran conocidos en Palestina. En este sentido amplio, el término griego designa un obrero o artesano que trabaja un material preexistente, de madera, de piedra o incluso de metal: un cantero, un albañil, un escultor…»[3]

Para saber qué significaba esto en aquél entonces hemos de utilizar los modelos propuestos en el capítulo anterior. Según Lenski, habría que incluir a los tekton dentro del grupo de los artesanos, y dado que es una zona rural dentro de los artesanos rurales que se encontrarían por debajo del nivel de los campesinos:
«…la clase de los artesanos se hallaba constituida en su origen por miembros de las filas de campesinos desposeídos y sus hijos no herederos,  y estas fuentes fueron las que proporcionaron nuevos elementos para aquella»[4].

Por lo tanto, los artesanos, donde incluimos a los tekton, pueden ser definidos como campesinos desposeídos. La presión sobre los campesinos con los impuestos y tasas lleva a estos a necesitar otros medios de subsistencia suplementarios o bien, si el endeudamiento es excesivo, a malvender las tierras y dedicarse únicamente a la artesanía. Crossan tiene claro que la situación en Galilea en el siglo I bajo Herodes Agripa incluye:
«…la presión permanente que, en el mejor de los casos, fuerza a los agricultores campesinos a ser también artesanos campesinos, en el peor de los casos, fuerza a los agricultores campesinos a convertirse sólo en artesanos campesinos»[5].

Un artesano, por tanto, es un campesino desposeído de sus medios naturales  de subsistencia[6], sea por la presión tributaria o por el endeudamiento. Sea como fuere, no es la mejor opción y, en todo caso, implica un descenso en el nivel social: de agricultor propietario pasa a artesano desposeído. Esta situación debería llevar a muchos campesinos desposeídos a tener que trabajar en la rápida urbanización del territorio que Antipas llevó a cabo en Galilea, sobre todo teniendo en cuenta que Séforis, reconstruida por los años 20, y Tiberias son ciudades que requerían mano de obra para la construcción.

Meier cree que es posible que Jesús trabajara en la construcción de Séforis, lo que no explica es si lo haría como carpintero o como obrero de la construcción:
«Una sugerencia sobre la actividad laboral de Jesús no tan desconectada de su época es que posiblemente encontró empleo durante un tiempo en Séforis, una importante ciudad de Galilea que se hallaba al noroeste de Nazaret, a sólo seis kilómetros de distancia y una hora de camino»[7].
No le queda más remedio a Meier, aunque sea a regañadientes, que admitir la evidencia. Jesús, siendo tekton debió ir a trabajar a Séforis, la cercana capital de la Galilea de Antipas. El trabajo en la pequeña Nazaret no daba para un obrero de la construcción, un artesano que había perdido los medios de subsistencia normales entre los campesinos: la tierra.
Algunos creen que la formación recibida en Séforis, de tipo helenístico es la que explicaría sus conocimientos escriturísticos y de otro tipo, pero entonces habría que explicar por qué los evangelios nunca nos muestran a Jesús entrando en una gran ciudad helenística, siempre lo vemos en las aldeas alrededor del lago de Genesaret, rodeado de pescadores y campesinos judíos. González Echegaray cree que:
«Su forma de pensar, de expresarse y de actuar no puede ser del todo ajena al ambiente en donde desarrolló su trabajo cotidiano [Séforis] ni a las personas con que se relacionó desde su primera juventud, ni a todo lo que veía y oía por la calle, ni a los criterios y la forma de pensar de una sociedad con la que tenía que convivir a diario»[8].
No compartimos esta excesiva influencia que el autor le supone al contacto diario y prolongado en la ciudad en la que seguramente trabajó. De la misma manera podría pensarse que el contacto fue tan negativo que le llevo a alejarse de los ambientes urbanos helenísticos, siendo ese el motivo por el que no aparece Jesús entrando en ciudades en los evangelios. Por otro lado, podríamos dar una posición intermedia: con su trabajo en la gran ciudad helenística, Jesús pudo darse cuenta de la relatividad del judaísmo y empezó a fraguar un pensamiento más abierto hacia los paganos, siendo este el germen de sus posiciones judías nada fundamentalistas.


[1] Meier, John P., Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico. Tomo I, las raíces del problema y la persona, Verbo Divino, Estella, 1998, 292.
[2] Balz, Horst – Schneider, Gerhard, Diccionario exegético del Nuevo Testamento, 2 Vols., Sígueme, Salamanca, 1998.
[3] Léon-Dufour, X., Diccionario del Nuevo Testamento, Cristiandad, Madrid, 1977, 133.
[4] Lenski, Gerhard, Poder y Privilegio, Teoría de la estratificación social, Paidós, 1963, 289.
[5] Crossan, John Dominic, El nacimiento del Cristianismo. Qué sucedió en los años inmediatamente posteriores a la ejecución de Jesús, Sal Terrae, Santander, 2002, 217.
[6] También en Crossan, John Dominic, El nacimiento…, 350: «…tekton o artesano campesino no es más que un eufemismo para designar al campesino, al trabajador sin tierra».
[7] Meier, John P., Un judío…, 295.
[8] González Echegaray, Joaquín, Jesús en Galilea. Aproximación desde la arqueología, Verbo Divino, Estella, 1999, 136.

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