martes, 17 de noviembre de 2009

Hechos e interpretaciones o "dame pan y dime tonto"

"Si el sueldo de alguien depende de que no entienda algo, nunca lo entenderá", esta frase, que no recuerdo dónde la leí, se hace cada vez más cierta en este mundo en supuesta crisis. Según las encuestas realizadas en el país más contaminante de la tierra, USA, en los últimos 18 meses ha caído a la mitad el número de personas que cree que está habiendo un aumento de la temperatura en el planeta, y en esa misma proporción los que opinan que ese aumento, de darse, es obra humana. Ciertamente la crisis hace milagros, el primero de todos es hacernos creer lo que nos conviene y no lo que está sucediendo. Como nuestro supuesto futuro bienestar depende de la contaminación producida por la industria y el sistema productivo, creemos que eso no tiene ningún efecto en el clima del planeta. Cuando todo iba bien no nos importaba que los ecologistas agitaran el miedo al cambio climático, hoy se les niega cualquier tipo de veracidad y cada vez son más los medios que se suman al "negacionismo", demostrando una vez más que los hechos son interpretaciones y las interpretaciones se tornan hechos en estos tienes finales de época.
Estos negadores de la realidad se escudan en una supuesta falta de consenso científico, precisamente ahora que las grandes revista de ciencia (Science, Nature) se hacen eco de los resultados constatables sobre el aumento de la temperatura planetaria. Nos dicen que si no hay consenso no hay realidad. Algo así como si todos los ciegos niegan la existencia de la luna esta no existe. Es un argumento de mucho peso lógico, como se ve, y de gran raigambre científica: construir la realidad por consenso. Es decir, que cerramos los ojos y ya está, o como me dicen algunos alumnos un tanto ingenuos, para entonces no estamos aquí. Esta argumentación es respetable a ciertas edades, pero cuando de forma tácita es expresada por personas de las que supone un nivel intelectual alto, aunque sólo sea por exhibir un título universitario, entonces la cosa adopta un tinte muy diferente. Debemos pensar dos cosas y sólo dos: una, que sus facultades morales se han visto gravemente afectadas debido al mal hábito adquirido, algo así como sucede con el onanismo; la otra, peor aún, que nos quieren engañar, independientemente de la afición de Onán. Y aquí es donde estamos, nos quieren engañar y nosotros nos dejamos engañar. Los medios de comunicación, mayoritariamente, se suman al "negacionismo" o al "aplazacionismo", es decir, negar la realidad o aplazar cualquier solución para mañana, vale decir para nunca, y que nuestros nietos no puedan vivir en este planeta.
Existe una web que puso en marcha hace quince meses un reloj con cuenta atrás de 100 meses, fecha tope para tomar medidas que sean útiles para evitar, atención, la catástrofe. Más allá de 2016, ninguna medida a tomar tendrá valor para evitar lo peor. Aún estamos a tiempo, pero...

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