miércoles, 16 de diciembre de 2009

La naturaleza humana

Seguimos con las investigaciones científicas que nos aportan cada vez más luz y conocimiento sobre lo que sea el ser humano. La última que he conocido es la realizada en Wurzburg por un grupo de científicos de la universidad de aquella ciudad alemana. Se trataba de conocer en qué momento se adquiere el lenguaje, porque sobre esto hay varias teorías. Una es la teoría social (pragmatismo o conductismo) del lenguaje que está muy extendida y afirma que el cerebro humano sería como una tabula rasa y el lenguaje se adquiere por mero aprendizaje social. Esta teoría vendría confirmada por el hecho de que los niños que no reciben estímulos lingüísticos no desarrollan un lenguaje, como es el caso de las familias de sordomudos que deben ser puestos en contacto con hablantes para que adquieran el lenguaje. También está muy extendido porque el lenguaje es algo que depende del entorno, pero su fallo está en afirmar que el lenguaje es puramente social y que nada hay más allá de ese componente. En oposición a esta teoría está la innatista, defendida últimamente por Noam Chomsky. Según este autor, aunque el lenguaje se desarrolla por el contacto social, existe una disposición innata en el ser humano para el lenguaje, unos constructos internos (LAD: Lenguage Adquisition Device, Mecanismo para la Adquisición del Lenguaje) semejantes en todos los seres humanos que se desarrollarán según los estímulos sociales y culturales.
Pues bien, esta última es la teoría que ha venido a ser avalada por el estudio que mencionamos. Resulta que se ha experimentado con un grupo de sesenta niños recién nacido, treinta de madres francesas y treinta de madres de idioma alemán. Se ha analizado la modulación del llanto de todos ellos y la modulación del idioma de sus madres. Los resultados no dejan lugar a dudas: los niños de madres francófonas lloran con una modulación semejante entre sí pero diferente al llanto de los niños de madres germanófonas, que comparten por su parte la modulación del llanto. Ambos tipos de llanto coinciden con la modulación del idioma materno. Esto quiere decir que la escucha de las madres durante la gestación ya ha modulado su futuro lenguaje y que, por tanto, existen estructuras innatas en los bebés que le permiten luego desarrollar un lenguaje. No se trata únicamente de la existencia de predisposición fisiológica (el hardware), sino también de un constructo a modo de software que nos viene "preprogramado" para ello. Esto sólo puede darse si hay una interacción que algunos defienden entre lo socio-cultural y lo genético. Una ventaja adaptativa como el lenguaje humano habría quedado codificada genéticamente. Lo que en otras especies es rudimentario, como veíamos en el post anterior, en el hombre se torna una estructura que determina su esencia misma.
A partir de esta investigación podemos afirmar que el ser humano tiene como esencia o como naturaleza propia el desarrollar social y culturalmente lo que viene ya codificado biológicamente. Dicho de otra manera: la naturaleza humana es biológica, pero en su esencia se incluye lo social, lo cultural y lo histórico. Se trataría de una imagen inclusiva de círculos concéntricos: en el centro lo biológico con una capa socio-cultural externa pero interdependiente y en el círculo externo más amplio estaría lo histórico que incluye la dimensión de memoria colectiva. Con esta visión de la esencia humana sorteamos el dualismo (la Tesis) y comprendemos al ser humano dentro de su ámbito natural, social, cultural e histórico. Esta interacción permite atisbar un paso ulterior, transhistórico de plenitud en el que se configura el universo entero.

1 comentario:

Martín dijo...

Interesante, pero como norma, que como toda norma tiene que poder integrar las excepciones. Pienso en el caso de bebes adoptados por familias distintas y distantes de la madre biológica, que se adaptan perfectamente a la lengua del adoptante. Lo decisivo es la misma base humana para todos y cada uno.

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