jueves, 30 de septiembre de 2010

Abrir caminos al futuro

A riesgo de resultar pesado, no quiero dejar de pasar la oportunidad de ofrecer una noticia sustanciosa que hoy nos aportan algunos medios de comunicación. A finales de septiembre, con el cambio de estación, se hacen las mediciones definitivas del espesor y las dimensiones de la capa de hielo en el Ártico. Este año vuelve a reducirse la extensión, poco sí, pero se reduce, confirmando la tendencia de los últimos 10 años. Pero lo peor es el grosor de esa capa, tan fino que permite a los barcos la navegación casi normal. Ahora bien, lo que es noticia para nuestros medios de comunicación es que el deshielo permitirá en 10 años la navegación normal de barcos de transporte que conecten los continentes de forma más rápida, reduciendo los costes del mismo y que, además, se podrá acceder a los grandes recursos naturales que hay en el fondo marino: el 30% del gas natural que queda por descubrir y el 13% del petróleo. Como se ve, son oportunidades de negocio importantes, ahora que estamos en crisis, y grandes inversiones geoestratégicas. Los países en disputa: Rusia, USA, Canadá, Dinamarca y Noruega, han llegado a un principio de acuerdo para repartirse el pastel energético y de otro tipo que pueda existir. Los países que tienen grandes inversiones en tecnología, también hacen sus cuentas y las empresas de transporte marítimo lo mismo. Todos hacen cuentas y piensan en los beneficios futuros, pero nadie parece pensar en los riesgos que se van a ampliar.
Por se sucintos diremos que hay tres grandes peligros, amén del mismo provocado por el deshielo. El primero es la enorme contaminación que inundará el Ártico, contaminación del transporte, de la extracción de los recursos y de la acción humana en el territorio. Por otro lado, hemos de tener presente que esos hidrocarburos extraídos acabarán en la atmósfera en forma de CO2, precisamente lo que ha causado el deshielo, en un bucle autoalimentado de calentamiento del planeta sin fin. Por último, pero no menos importante, está el peligro añadido de enfrentamientos estratégicos derivados de la disminución de los recursos y la necesidad de potencias emergentes de acceder a ellos. China y Japón no querrán quedarse fuera del juego y los choques con una Rusia necesitada de alimentar a más población pueden llevarnos a una situación de guerra fría en el futuro.
A mi modo de ver, lo más lamentable de todo esto es que en la agenda de los medios de comunicación y en la de la sociedad en general, estos temas han quedado arrinconados por los más apremiantes de la crisis. Sería bueno que se abriera un debate sosegado sobre las verdaderas causas de la crisis y las futuras consecuencias de este modo de vida que poco puede durar ya. Nada que siga en la línea actual de crecimiento desaforado puede realmente sacarnos de la crisis, porque esta se debe al deseo salvaje de consumo y riqueza. Sólo una verdadera política de decrecimiento económico y austeridad global puede salvarnos de un futuro muy difícil. Deberíamos ser conscientes de esto y así poder llegar a otra forma de organizar nuestro mundo para abrir caminos al futuro, no al comercio.

2 comentarios:

Martín dijo...

¿Debate sosegado? Es un buen golpe de humor. Porque en los negocios no hay debates sosegados. Solo luchas a muerte (palabra que hablando de dinero está muy bien empleada) para tener cada día más. La pregunta de para qué quieren cada día más, sería otro golpe de humor. Es el tener por el tener, el acumular por el acumular. No hay preguntas, no hay por qué ni para qué. Se corre por correr.

Anónimo dijo...

A propósito de este tema, hace unos días (dando clases de C.M.C.) la profesora nos habló de un peligro que se encuentra bajo las capas de hielo del ártico. Nos explicó que bajo estas se encuentra una gran cantidad de monóxido de carbono (gas venenoso que puede llegar a ser mortal si lo inhalamos) así pues, si seguimos deteriorando la capa de hielo que lo cubre, saldrá a la atmósfera... y déspues ya solo hay que temerse lo peor.

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