sábado, 9 de abril de 2011

¿Esto es todo, amigos?


Ahora que el tercero de los PIGS ha caído, Portugal, solo queda Spain. Como muchos avisamos, era cuestión de tiempo. Se trata de la lógica propia del capital financiero internacional. La crisis de 2007 había afectado su tasa de ganancia y eso hacía que los carroñeros merodeaban a la caza de nuevas presas. En esas circunstancias, las presas fáciles y llenas de jugosa comida solo se encontraban en los países desarrollados. Buscar en los subdesarrollados era costoso y lento, los pobres no tienen suficiente carne para satisfacer su apetito. La solución la vieron pronto. Los países de la zona euro tienen una debilidad, su deuda soberana. La estrategia fue sencilla: primero había que conseguir que el Estado avalara toda la deuda que las filiales carroñeras, la banca de cada país, había contraído durante los años de orgía financiera; acto seguido había que conseguir que el Estado quisiera financiar con nueva deuda ese aval. Aquí era necesaria la presión de los partidos políticos, de los intereses bancarios, de la Unión Europea y del FMI. Conseguido esto, sólo restaba esperar a que la pieza, exangüe, se dejara devorar. Así sucedió con Grecia, después con Irlanda y ahora con Portugal.

En estos momentos, los mercados están salivando, a la espera de la fresca carne de la nueva presa; 80 mil millones no son nada despreciables. Con todo ese dinero puede reponer fuerzas para nuevas cacerías y esperar tiempos mejores, quizás cuando el propio euro pueda ser despedazado sin piedad. Hoy mismo hemos conocido que la deuda pública griega tendrá que ser reestructurada, porque Grecia es incapaz de seguir pagando la ayuda de sus socios, al 5,5%, y los intereses de la nueva deuda al 12%, mientras los carroñeros siguen obteniendo financiación al 1,25 del Banco Central Europeo para comprar su deuda al 12%. Al final se ha llegado a la solución que, tomada en su momento, habría resuelto el problema, reestructurar la deuda y hacer una quita, aunque mucho me temo que quita no habrá y los griegos seguirán pagando la factura de los negocios de sus bancos.

En Portugal se ha producido una puesta en escena interesante. Nadie parecía querer pedir el mal llamado rescate y tras varios meses han acabado pidiéndolo los propios ciudadanos. La jugada ha salida redonda, ahora nadie podrá quejarse cuando las medidas draconianas afecten a la vida del 90% de la población. Veamos las medidas que sus socios y el FMI les imponen: reducción de sueldos y pensiones; privatización de empresas públicas, rentables claro; reducción drástica del gasto social, educativo y sanitario; flexibilización del mercado laboral, si fuera posible flexibilizarlo más; aumento de los impuestos indirectos. Como cualquier observador neutral podrá ver, todas las medidas van en la misma dirección: hacer pagar a los que nada han hecho por que llegue la crisis. Estas medidas van a impedir que la economía lusa salga del atolladero y la harán completamente dependiente de los capitales internacionales, eso es lo que se pretende. La idea última de esta crisis, desde la perspectiva capitalista, es que toda la economía mundial esté sometida a las decisiones ultraliberales de los capitales financieros internacionales, y a fe que lo están consiguiendo.


Respecto a España hay que decir que no va a caer, porque ya cayó. Esas medidas que ahora se exigen a Portugal las lleva aplicando el gobierno español desde el 9 de mayo de 2010. Cada vez que había algún titubeo, los mercados castigan esa indecisión con más especulación. Así han conseguido la reforma laboral, la de las pensiones y las privatizaciones. Falta la subida de impuestos, que solo se ha conseguido a medias, pero eso llegará tras las elecciones. España es el cuarto de los PIGS en caer y ya ha caído, sin necesidad de intervención. Pero nada asegura a España contra la codicia de estas alimañas, es posible que aún quieran más, 700 mil millones de golpe no están nada mal.

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