lunes, 25 de abril de 2011

Guerra, drogas y cia.

Aunque estemos en Pascua, o precisamente por ello, las malas noticias no dejan de llegar. O mejor, habría que decir la confirmación de las malas noticias, porque esto es algo que todos sabíamos y que ahora ya no nos llamarán conspiranoicos por decirlo alto y claro: la CIA es la principal gestora de las drogas a nivel mundial. Esto se deduce de los 8.000 documentos secretos que el gobierno Federal de USA ha tenido que desclasificar por la ley conocida como Acta de Información Pública, un logro del movimiento por los derechos civiles en aquel ambiguo país. Según los papeles oficiales, la CIA financió y protegió la producción y venta de drogas en Afganistán y América Latina en los años ochenta y noventa. Del actual siglo no se dice nada porque hay que esperar a 2030 para que deban desclasificar los documentos. Entonces sabremos a ciencia cierta los crímenes que comenten hoy.
En los ochenta, USA financió a los talibanes, esos a los que hoy combate, con el dinero de la venta de la amapola para la producción de heroína. En América Latina lo hizo con la producción de coca y hachís, esta vez para financiar los grupos paramilitares, las acciones de sabotaje y los golpes de estado. Todas las atrocidades cometidas en América fueron financiadas con la producción de droga. En 2030 sabremos que la organización de la producción y venta de drogas en Colombia y la financiación de los grupos paramilitares, está dirigida por la CIA, hoy son sólo teorías paranoicas.
El ex agente federal Michael Rupert lo explica con toda claridad: el control de las drogas es un interés estratégico para Estados Unidos. No sólo se financian las actividades criminales de la potencia omnímoda que es, sino que se controla la población y se inyectan grandes cantidades de dinero líquido en el sistema financiero. Wall Street se encarga de hacer blanco el dinero proveniente de la droga y de derivarlo a los paraísos fiscales, donde tendrá un uso adecuado en el entramado criminal del capitalismo global. Por otro lado, la droga, convenientemente introducida en la población, disminuye el nivel de concienciación y de movilización. No es de extrañas que la droga aparezca siempre en los barrios y poblaciones más concienciadas. Un ejemplo de ello fue la España de la Tra(ns)ición. Los barrios más populosos y donde el movimiento contestatario era mayor, fueron los que sufrieron los estragos de la droga, mientras la juventud era anestesiada con la movida y otras drogas mentales.
La mayoría de los males de la humanidad están provocados por la avaricia y rapiña de aquellos a los que San Agustín llamaba Banda de ladrones, los imperios: quid sunt regan nisi magna latrocinia? O como lo expresaba el propio Tácito: los romanos, a robar, degollar y destruir llaman imperio, crean un desierto y lo llaman paz. Estos del nuevo Imperio Global Postmoderno, crean un erial y lo llaman civilización.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Un pequeño matiz (no con poca "malicia"):

Estos del nuevo IGP, crean un estado del bienestar y lo llaman democracia.


saludos,
i

DDAA dijo...

Yo creo que anestesia muchísimo más la propaganda antidroga (que se centra en lo que hacen las sustancias y deja de lado los desastres causados por la prohibición) que todas las drogas juntas. En cuanto a la transición y la heroína, es muy recomendable este artículo de juan carlos usó y los comentarios que ha suscitado desde su publicación en la web sense nom:

Nos matan con heroína

Bernardo Pérez Andreo dijo...

Gracias, DDAA, por el comentario y por el enlace. Un artículo muy interesante y documentado.

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