sábado, 11 de junio de 2011

Salir de Occidente

El éxodo es la categoría esencial del cristianismo desde sus mismas raíces hebreas. Una vivencia exodal es la clave para entender el ser cristiano. No somos de este mundo, no pertenecemos a un mundo de injusticia, prevaricación y muerte sistemática de las mayorías silenciosas, es decir, no pertenecemos ni al pecado ni a Satanás, dicho en los términos de la tradición neotestamentaria. Como saben los lectores del blog, en modo alguno el rechazo del mundo es una apuesta por una realidad ultramundana o extramundana que plenificaría ésta realidad y por tanto la devaluaría. Eso es lo que cierto cristianismo platognóstico ha ido imponiendo en la conciencia colectiva de Occidente y el peor de los males que ha sufrido la Tradición liberadora del Éxodo. No, de lo que se trata es de vivir la fe en Jesús como la continuación de la historia de redención que se inició en la historia bíblica que nos cuenta el libro del Éxodo y que continúa a lo largo de los 1200 años que llegan a Nazaret y prosigue en los 2000 años que proyectan Nazaret en la historia de la humanidad; aunque en realidad comenzó con la voluntad divina de crear un lugar para la experiencia del Amor y la Misericordia, el Universo, un lugar donde darse plenamente y encontrarse en Lo Otro de Sí. Dios ha querido que todo esto sea para entregarse hasta el extremo.

La historia de la humanidad es la historia de una relación constante que ha sido interferida por el pecado, es decir, por la avaricia, egoísmo e injusticia que los hombres son capaces, como libres que son, de producir en tal medida que puede poner en riesgo la Creación de Dios. Ante este pecado, la única opción es el éxodo, la salida: salida del solipsismo egolátrico del hombre que se encierra en sí mismo sin abrirse a los demás; salida de las estructuras sociales y culturales que privilegian el odio y la barbarie; y salida de los sistemas políticos y económicos que organizan el expolio de la mayoría de la humanidad en beneficio de unos pocos. Este éxodo comienza en uno de los primeros imperios, el egipcio, cuando los esclavos deciden salir de allí y buscar un lugar distinto, donde vivir la Justicia. Continúa con la lucha contra el mayor imperio antiguo, el romano, donde los cristianos son perseguidos por ser una alternativa absoluta al orden del mundo. Prosigue hoy en todos aquellos grupos, cristianos o no, que eligen el camino de buscar una realidad alternativa donde vivir el Amor, realidad sólo posible lejos del orden cultural de Occidente y que el cristianismo debe saber abandonar lo antes posible. De lo contrario, es muy posible que empecemos a formar parte de este mundo, del pecado del mundo, del orden de Satanás. Lamento profundamente que esto sea así. Amo demasiado mi Tradición para consentir que se una al orden criminal del mundo, y haré todo lo que esté en mi pluma para evitarlo. Pero si al final no lo logro, será preciso pasar al acto y salir de Occidente por mi cuenta.

Creo que es el mismo Espíritu el que nos está empujando a este nuevo éxodo que debemos comenzar. En Pentecostés, los discípulos y discípulas reunidos, experimentaron la unidad fundamental de la humanidad. Todos se entendían hablando cada uno su propio idioma, sin imposiciones, sin dogmas, sin fundamentalismos; fue el Espíritu Santo el que lo hizo posible, fue la obra del Amor de Dios la que llevó a los hombres a entenderse más allá de las ideologías, las culturas, las circunstancias y el propio pecado. Dios nos empuja hacia la salida del orden criminal que asesina conscientemente a la mayoría de la humanidad y al propio planeta. El Espíritu nos alienta y nos fecunda para ello. Dejemos que la obra del Amor siga produciéndose entre los cristianos para ser sal en medio de las luchas de hoy; luz que marque el camino de liberación; fuego que prenda en el mundo y arda toda la tierra con el Amor de Dios.

*En la imagen Bartolomé de las Casas, uno de los que vieron claro el camino del éxodo.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

El Jesus de Nazaret historico y el Cristo de la fe es la misma Segunda Persona de la Trinidad: Jesucristo. La dificultad del cristianismo viene en la intersección de la Cruz: inmanencia y trascendencia van unidas. Y en este tercer milenio el éxodo comienza a evangelizar a Occidente. Sacerdotes africanos, latinoamericanos ya pueblan parroquias europeas. Igual que médicos egipcios y palestinos nos atienden en hospitales. Nazaret hoy está en las favelas brasileñas. El cristianismo colonizador quedó atrás en la historia. Hoy el horizonte habla de dialogo- fe ciencia-mistica intercultural e interreligioso. Y no todo el catolicismo de rito latino es culturalmente occidental. Ya no. La libertad produce miedo y a veces vértigo, horror vacui. Que el soplo liberador del Espíritu nos de hoy, fiesta de Pentecostés, alas renovadas para un Horizonte que ni imaginamos, que nos sobrepasa. Porque estamos de paso, y los que vienen detrás seguirán profundizando el lo alto lo profundo y lo ancho del Misterio Divino. Saludos Bernardo y gracias por este espacio.

Martín dijo...

Como en muchas ocasiones, me siento en sintonía con lo que escribes: al verdadero Dios no se le alcanza saliendo de la historia, sino saliendo de nuestra concentración egoísta. Por cierto: ese texto de la carta a los hebreos que afirma que somos peregrinos y huéspedes sobre la tierra, creo que puede dar mucho juego: como somos peregrinos buscamos otra ciudad mejor construida, cuyo arquitecto y constructor sea Dios.

Martín dijo...

Esta mañana, bastante antes de las 11.36, y cito esa hora porque es la referencia del comentario introducido, he hecho yo un pequeño comentario, que no tiene mayor interés, sobre la existencia exodal y sobre un texto de la carta a los hebreos que dice que somos peregrinos sobre la tierra. Lo que me preocupa es que se haya perdido por el camino, no que se haya introducido o no. Un abrazo, Bernardo.

Anónimo dijo...

Dices que el hombre es capaz de poner en riesgo la creación de Dios. Para mí es precisamente ese riesgo el que me permite darle valor a la vida, este es expresión de mi libertad. Pero pienso que occidente se ha dedicado ha encubrir, o mejor, a negar todo riesgo. De hecho es lo que se puede ver en la economía: la busqueda del no-riesgo, y lo digo así porque realmente no es que la mejor inversión sea la que tenga menor riesgo sino que lo es la que mejor lo pueda encubrir, empeorando así la situación de fondo. El hombre postmoderno no tolera el riesgo, pero este riesgo está, y al no ser capaz de asumirlo lo intenta ocultar. Por ejemplo, bajo esta perspectiva hago yo la lectura de los innumerables seguros a los que aspiramos los occidentales. Lo que vivimos es una especie de riesgo-fobia, es la mentalidad del no-riesgo que nos sume en el placer embrutecedor, como se puede advertir en un eslogan que ví una vez en una campaña contra el SIDA: „usa condón, placer sin riesgo“. La creación misma esta hoy en riesgo, como siempre lo ha estado, el problema es que ya largo que esto no se quiere ver, pero el riesgo está ahí y con él las consecuencias, que ya vivimos. Se me ocurre que el éxodo parte por ver y asumir lo arriesgado que es nuestro existir. Esto nos libera y deja que nuestra vida, nuestro mundo, lo sean realmente. El riesgo no se supera negándolo sino asumiéndolo. Sin riesgo no hay necesidad de relacionarse y caemos entonces en el solipsismo egolátrico que dices. Pero el mundo está en riesgo y tú nos lo recuerdas constantemente, y también nos recuerdas que este significa relación, que este clama hoy un éxodo.
Un abrazo. René

Bernardo Pérez Andreo dijo...

La verdad es que no entiendo qué sucede con los comentarios. He recibidos los dos de Martín a la vez. Seguro que es cosa de los duendes de la red, o quién sabe. En fin, gracias por tus comentarios.
Algo parecido me sucedió con el comentario de René, que se publicó en un post distinto. Lo lamento René.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Por si puede ayudar en lo de los comentarios:

Yo tengo que introducir tres veces el mismo comentario hasta que aparece el mensaje de que " tu comentario aparecerá despues de la moderación". En el primer envio no aparece nada o un rectangulito en rojo, igual que la segunda vez.

Por si ayuda

gracias

Bernardo Pérez Andreo dijo...

Gracias por la ayuda. En micaso, al ser blogger, no tengo ninguna dificultad. Agradezco mucho la insistencia a la hora de enviar los comentarios, a pesar de las dificultades.

Anónimo dijo...

Bernardo, sólo informarte que he publicado un comentario ayer en este post. No sé si, como dice martín, se habrá perdido en el camino...
Un saludo.
René

Bernardo Pérez Andreo dijo...

No me ha llegado ningún comentario, René, lo siento mucho.
Un abrazo

Bernardo Pérez Andreo dijo...

Ahora ha llegado, René. Lamento el retraso.

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