martes, 13 de septiembre de 2011

¡Señoras y señores, con todos ustedes El Gran Mercadini!

¡Atención, atención. Señoras y señores! El Gran Mercadini va a realizar ante sus propios ojos uno de los más complicados trucos de magia que ustedes podrán contemplar en su vida. No pierdan ningún detalle porque en ello les va la vida. Sí, estimado público, al finalizar la actuación ustedes habrán perdido todo cuando tienen y el Gran Mercadini habrá conseguido todo cuanto se propone.
Si recuerdan bien, en la actuación de 2008 consiguió transferir todas sus pérdidas, estimadas en más de 8 billones de dólares, en déficits de los Estados, que se endeudaron durante dos años consecutivos para poder enjugar la enorme deuda que este gran prestidigitador de las finanzas había acumulado en quince años de neoliberalismo salvaje y desregulación a lo bestia. Pero fue en la actuación del año pasado, entre mayo y septiembre, cuando pudimos asistir a la mejor puesta en escena de su número de magia. Efectivamente, mientras con una mano nos creaba la ilusión de que la economía mundial se iba al traste, con la otra nos metía la mano en los bolsillos y llenaba sus cuentas en los paraísos del dinero que pululan por el mundo al amparo de los gendarmes del capitalismo. Sin darnos cuenta pasamos de tener un Estado de más o menos bienestar a un Estado ruinoso y casi comatoso que requiere de constantes recortes sociales y transfusiones de deuda que no hacen sino aumentar el poder del Gran Mercadini.
Hoy, ante los ojos de un público resignado, este gran ilusionista nos hará creer que la única manera de sobrevivir es destruir todo por lo que hemos trabajado desde hace más de sesenta años. Nos hará creer y nos convencerá de que todo gasto del Estado que no sea para pagar la deuda que hemos contraído con él es malo y que todos aquellos que se oponen a esto son unos perversos y trasnochados que sólo quieren vivir del cuento sin dar palo al agua. Nos convencerá de que disminuir el gasto en educación o sanidad no es un robo al conjunto de los ciudadanos, sino eficiencia y austeridad. También acabaremos creyendo que sólo los particulares son capaces de gestionar lo de todos porque ellos se guían por el egoísmo personal y eso es lo único bueno: la avaricia y el egoísmo son los motores de la humanidad. Como buen alumno de la escuela de Friedman, el otro gran prestidigitador de la economía (que se pudra en el infierno), nos enseñará a odiar lo público, lo común, lo de todos y a amar el individualismo, el afán de lucro y la vanidad, pero, eso sí, a costa del Estado, ese Gran Despilfarrador y sustentador de inútiles, vagos y maleantes.
Señoras y señores, no dejen de mirar porque se pueden perder el último golpe maestro de este gran embaucador de conciencias. En breves semanas van a asistir a la más colosal de las falacias que cualquiera puede imaginar. El golpe mortal al Estado de derecho tal y como lo hemos conocido y la aparición del Gran Leviatán ultraliberal en forma de Estado legal. Pronto las palabras cambiarán el sentido y lo que hasta hoy conocíamos como Bien Común pasará a designar el legítimo beneficio del emprendedor; lo que siempre hemos llamado justicia social, pasará a referir a aquellas prácticas que obligan a los vividores del erario público a trabajar al precio que sea; lo que siempre ha sido la solidaridad, ahora denotará el desprecio más absoluto por los que no quieren pertenecer al modelo vigente. Este Gran Mercadini va a poner en práctica la desvalorización de todos los valores de la sociedad contemporáneo. A partir de ahora, la moral del especulador será la que se imparta en los centros educativos.

¡Señoras y señores, permanezcan atentos y no parpadeen!

3 comentarios:

Martín dijo...

¡Hay qué ver como esta el patio! ¿Cómo se puede comprar deuda griega casi al cien por cien de interés? Eso en cualquier moral se llama robo. Ya sé Bernardo, si me permites un poco de humor, que tu lo llamarías atraco a mano armada. Por cierto, cualquier día voy a animarme y contar el interés bárbaro, bestia, que un banco me ha cobrado por una transferencia a uno de esos países llamados del tercer mundo (casí el cincuenta por cien de lo enviado). Como he reclamado me dicen que verán lo que pueden hacer. Cada dos días pregunto qué pasa con esa "devolución" (encima parece que son ellos los que devuelven lo robado) y me dicen que tiene que pasar por muchos permisos, pero que está en curso. Veremos lo que dura el curso.

Bernardo Pérez Andreo dijo...

Sabes muy bien, Martín, lo que dice tu "hermano mayor" Tomás, sobre la usura. Lo más grave es que este "estado de ánimo" se está instalando entre la gente y lo que debería ser normal, como que no te cobren un 50% por ayudar a otros, se convierte en lo habitual. Ahora te toca a ti correr para que te devuelvan lo tuyo. Claro que es "lo justo" que los pobres bancos ganen algo.
Por cierto, no sé cómo estará la cosa por Valencia con la CAM, pero aquí, hoy mismo, me he acercado a sacar lo poco que nos queda en la sucursal de al lado de casa y me encuentro que, sin previo aviso, en este fin de semana, han desmantelado la sucursal y la han trasladado a la otra del pueblo. Han bancos que necesitan nuestra ayuda, apadrinemos un banco, quizás desgrave a hacienda.

Anónimo dijo...

Magic-blogger:¿ ha pensado usted dedicarse a la política? No se me enfade, oiga, no es un insulto. Politica en el sentido original: la gestión de la res pública,del bien común. Carisma, arrojo, labia...discurso..y un blog tweet-and-facebook. Ande, que tal como está en panorama, va a cundir aquello de meter una rodaja de chorizo en el sobre el día de las urnas. O de chopped.

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