Estamos ante la demostración científica del funcionamiento de la plutocracia financiera global que nos ha llevado y nos mantiene en esta situación. Demostrado esto, y creo que la hipótesis de trabajo de estos autores está suficientemente demostrada, podemos empezar a generar acciones que impidan esta realidad, de lo contrario nunca saldremos de esta situación global. Ya se encargan estos directivos de que las decisiones políticas estén en la línea de sus necesidades. Así se explica el rescate financiero con dinero público por valor de más de 10 billones de dólares en todo el mundo, el endeudamiento de los Estados y los subsiguientes recortes sociales y destrucción sistemática del Estado de Bienestar. Todas las decisiones han sido cortadas a la medida de las entidades financieras que están en el núcleo de esa maraña del Mal absoluto en que nos tienen atrapados a todos, entre ellas, la más influyente es, cómo no, The Goldman Sachs Group.
Se ve con total nitidez cómo funciona el capitalismo financiarizado de casino global que nos lleva a la catástrofe humana. El mal no se ejerce sólo ni por casualidad, está perfectamente organizado y estructurado y lo peor es que se nos impone como inevitable y casi natural. Hemos caído en el escalón más bajo de humanidad cuando no somos capaces de salir de la falacia establecida y cuando nos amoldamos a ello. En lugar de explicar la Red de Mal creada a nivel mundial para exprimir la riqueza del planeta, los medios de comunicación se dedican a repetir los mantras al uso: todos somos culpables de la crisis, hay que recortar el bienestar alcanzado como consecuencia del endeudamiento, y hay que reflotar el sistema financiero. Todas estas mentiras, repetidas machaconamente, acaban cobrando entidad real y se convierten en la estructura de pensamiento social. De esta manera aceptamos lo inaceptable y hasta lo aplaudimos, aunque sea mentira y aunque nos perjudique. Mientras el pobrecito banquero sufre por ser rescatado, el vil parado se siente mal por cobrar el desempleo. Una red tupida de intereses y mentiras enmaraña el mundo y no vemos al desenmarañador que la desenmarañe.
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