Una de las mejores ideas que pudieron tener los famosos 12 padres franciscanos que fueron enviados a América para evangelizar aquellas tierras fue la que llevó a feliz término el fraile Pieter van der Moere, conocido como Pedro de Gante (1479?-1572): poner en pictogramas aztecas el Credo con el fin de que aquellas mansas gentes lo pudieran entender y así llegar al conocimiento de las maravillas de nuestra fe. Ojalá que todas las iniciativas llevadas a término hubieran sido de esta índole. Es lamentable que no se hubiera intentado una evangelización como exige la verdadera fe cristiana, sin espadas ni violencias, por eso hemos de alabar a aquellos que supieron llevar su fe sin caer en la fácil tentación de imponerla. Bien sabemos de los muchos males cometidos, Bartolomé de las Casas los relata con desapasionado sufrimiento en su Breve relato de la destrucción de las indias. Sin embargo, fueron muchos también los que vivieron su fe en aquellas tierras conforme al Evangelio y debemos recordarlos para no caer en un sectarismo que tiende a ver en la historia.
El libro del que mostramos una lámina es la tesis doctoral de Justino Cortés Castellanos, publicado por la Fundación Universitaria Española en 1987 (Madrid).
En tal tesis se trataba de descifrar el Catecismo en pictogramas del lego franciscano fray Pedro de Gante. Como proyecto de tesis cumple con creces sus objetivos, pero además, nos regala una obra de valor incalculable, pues si bien teníamos los pictogramas, hasta esta tesis no habían sido descifrados convenientemente. El autor lleva a feliz término la obra y a la vez nos proporciona un mejor conocimiento de la evangelización de América, obra que aún no se ha completado, a pesar de las muchas y magníficas obras publicadas. Como muy bien indica el autor, la obra de Pedro de Gante consiguió que Cristo se expresara en náhuatl y así el mensaje sufriera otra encarnación en otras tierras, otras culturas, otras gentes, otro mundo. Es como de un nuevo Pentecostés que lleva el amor de Dios a tantos y tan diversos pueblos. No estaría demás aprender hoy de este franciscano lego para poder llevar el evangelio a tantos que no lo conocen y a tantos a los que las obras de los cristianos se lo oculta.
*Para mis alumnos discípulos del poverello, porque les mueve la pasión del amor a los más débiles
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