domingo, 8 de enero de 2012

A todo gas hacia...

A todo gas parece que nos precipitamos hacia un futuro incierto. Sí, porque ahora están supliendo la falta de combustibles fósiles con nuevos hallazgos en el subsuelo. El último que se está explotando es el gas de esquisto, del que la petrolera BP estima que hay 6.600 billones de metros cúbicos en reservas probadas en el planeta. Se trata de un gas que se produce en lugares ricos en esquistos. El esquisto es una piedra metamórfica que se rompen en forma de hojas y que tienen una alta proporción de carbono aprovechable como gas. Hasta aquí todo bien, o al menos no muy mal, porque el hecho mismo de aprovechar más combustibles fósiles no ayuda en nada a disminuir la cantidad de CO2 que este mes pasado alcanzó los 391,80 partes por millón en la atmósfera, 1 más que el mes anterior y acercándonos a las fatídicas 450 partes por millón letales para la vida humana.
Lo que de verdad es un problema de dimensiones dramáticas es el modo de extraer el gas que está contenido en estas rocas de esquisto: el fracking,
es decir la fractura de la roca por medio de agua, arenas y productos químicos a presión. Esto permite obtener el gas, pero a cambio se consumen grandes cantidades de agua que no suele encontrarse cerca de las rocas y es necesario llevar en enormes cantidades. Este agua acaba altamente contaminada con los productos químicos con los que se mezcla y, además, con los residuos que el propio esquisto deja al liberar el gas. Hablamos de productos como benceno y tolueno, cadmio y mercurio. Todos estos son elementos altamente nocivos y donde se utilizan liberan grandes cantidades a la atmósfera y en el subsuelo. 
A esto hay que añadir el minado de las tierras subterráneas y el posible corrimiento de placas enteras, con el consiguiente peligro de seísmos de baja escala. Si todo esto no fuera suficiente, el gas liberado es altamente tóxico, como hemos dicho, pero sus efectos aún no han sido suficientemente estudiados. Pensemos que sólo en 2009 se empezó a extraer de forma industrial este gas. Por todo esto hay una campaña internacional para frenar el fracking, campaña que de nada va a servir tan preocupados como estamos por la crisis. ¿Qué nos importa lo que le suceda al planeta si no tenemos suficiente a fin de mes, o si puedo seguir comprando el último gadget de la sociedad de consumo?

Este 2012 no se presenta nada halagüeño para el medio ambiente. Las reservas de petróleo se agotan a pasos agigantados y los sustitutos son cada vez más caros. El proceso de extracción es cada vez más contaminante y creo que acabaremos produciendo más daño a la naturaleza para conseguir el hidrocarburo que en su consumo. En fin, poco a poco pero seguros hacia no sabemos dónde.

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