martes, 24 de enero de 2012

"¡Traed madera!"

Creo que no es la primera vez que utilizo la imagen de la película de los hermanos Marx, Los hermanos Marx en el Oeste, para establecer una comparación con la situación financiera de la globalización senil que nos arrastra irremediable al desastre. Un tren de locos, desbocado y sin frenos, que utiliza como combustión la madera de que está construido. Es una poderosa metáfora de este sistema socioeconómico en que vivimos: el maquinista sigue pidiendo más madera para alimentar a la máquina para que llegue a su objetivo. El maquinista no es sino el propio gobierno, el anterior y el actual, que tiene como objetivo que las entidades financieras, correas de transmisión de la riqueza a las clases altas, no acaben en quiebra, como sería lo adecuado según las prácticas seguidas desde la aparición del neoliberalismo en los años ochenta. Se trata de que la borrachera de capitales que han tenido las élites por medio de la desregulación financiera, no pase factura a los ebrios y sí la paguen los abstemios que no han probado ni una gota del preciado elixir capitalista. Se trata de hacer pagar a la mayoría lo que unos pocos se han apropiado.

En el fondo no es sino un robo a la luz del día. Durante más de veinte años se ha dado crédito fácil para que las entidades financieras se enriquecieran. Ese crédito ha sido a costa del conjunto de la economía de las naciones, pero los réditos han ido a parar a los dueños de los bancos. Ahora, la economía se hunde porque los bancos necesitan hacer provisión de fondos y lo hacen por dos vías. La primera es el Banco Central Europeo, que suministra crédito barato para que los bancos puedan solucionar sus problemas de liquidez; pero la segunda, más importante y dolorosa, es la conversión en pública de la deuda privada. De esta manera, lo que era un problema del sector financiero se convierte en un problema de deuda pública y por tanto de quiebra del Estado. En este río revuelto se toman medidas como la reducción de derechos, la privatización de servicios públicos y la confiscación de los bienes comunes para entregarlos a los buitres financieros globales.

Solo hay que echar un vistazo a las últimas medidas del gobierno saliente, concediendo un aval de 30.000 millones de euros a la banca, y las adoptadas por el entrante, avalando con otros 100.000 millones a los mismos que luego exigen liberalización, reducción de derechos y destrucción del Estado Social. Con estos avales, más los recortes anunciados, la economía española se convierte en morosa y pasa a formar parte de las futuras víctimas de los especuladores. Si a esto unimos que el cumplimiento del déficit este año hará caer la economía, no un 1,7 que dice el FMI, sino más del 3%, el panorama es apocalíptico para la sociedad española los dos próximos años. Por eso, la patronal y la banca siguen gritándole al gobierno: ¡más madera, traed madera!

4 comentarios:

checha dijo...

Estimado Bernardo, no tengo el gusto de conocerte personalmente, aunque bien conozco tus opiniones y puntos de vista, que me resultan fascinantes. Soy muy amiga de Antonio López Baeza y mi marido es actualmente alumno tuyo.
La razón de este escrito no es precisamente comentar el artículo que lo precede, que más tarde leeré y comentaré con tranquilidad, sino hacerte una petición.
Hace un par de días publiqué una entrada en mi blog titulada ÁNGELES. La entrada en sí es insignificante, pero lo que es realmente interesante es la polémica y los comentarios que ha suscitado. La alegría que me produce haber creado un espacio de libre opinión, donde todos y cada uno de los comentarios son publicados, se ensombrece ante la visión intransigente de algunos comentaristas.
Es por ello por lo que te rogaría, me encantaría que entrases y dieses tú también tu opinión. Seguro que todos aprenderíamos mucho de ella, y yo te estaría verdaderamente agradecida.
Un abrazo y muchas gracias por adelantado.

Bernardo Pérez Andreo dijo...

Por favor, Checha, pon el link del blog, para que pueda opinar.
Un cordial saludo.

checha dijo...

relatosparaaburridos-checha@gmail.com
Muchísimas gracias

checha dijo...

La madera es un inmejorable combustible al igual que un buen material de construcción.
Habrá que tocarla y mucho ante la situación que se nos avecina.
Bien tocada y trabajada será capaz de construir algo completamente nuevo, con nuevas bases, con el esfuerzo de todos.
Otra opción es tocarla para huir en lo posible de la quema.
La responsabilidad es de cada uno y concierne a un mundo que es, o debería ser de todos.

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