lunes, 26 de marzo de 2012

¡No hay huevos!

La noticia está corriendo entre las agencias y sobre todo entre las personas afectadas: ¡España se queda sin huevos! Sí, sí, como lo oyen, nos quedamos sin huevos. El sistema de distribución comercial que se ha impuesto mediante la aplicación a rajatabla de los criterios neoliberales que propugnan la desregulación como medio para crear riqueza nos ha dejado, literalmente, sin huevos. Si no tuviéramos escrúpulos literarios diríamos que "el neoliberalismo nos deja sin huevos", o mejor, "el neoliberalismo castra las posibilidades de recuperación económica". No estaría mal como titular, hay muchos medios que lo hacen constantemente, aunque sí es cierto que ha sido la aplicación de sus normas la que nos ha puesto en una situación delicada.
Resulta que la desregulación del mercado en general, pero del avícola en particular, ha permitido que acabe aconteciendo algo que es irracional y va contra el bien común. Como el mercado ha de ser "libre", donde cualquiera puede comprar y vender aquello que quiera, cualquiera puede comprar huevos a quien los venda a un precio pactado, bien en particular o bien por el mercado. En el mercado hay unos grupos que controlan el 70% de la venta a consumidor, cuales son las cuatro grandes cadenas de supermercados que están en la cabeza de todos; estas cadenas están utilizando el precio de los huevos y el aceite como reclamo y presionan los precios de producción a la baja. Sin embargo, en el mercado realmente libre, el precio del huevo ha aumentado hasta un 100%, debido al incremento espectacular que han sufrido tanto la energía, como el transporte y el alimento de los animales. La paradoja del neoliberalismo estriba en esto: según sus leyes si un bien es escaso sube de precio, por la ley de oferta y demanda, pero resulta que existe un producto que es escaso y no tiene incentivos para ser producido, ya que el margen de beneficio se queda en el vendedor, no en el productor. Lo lógico sería que se incrementasen las granjas y con ello los puestos de trabajo, para abastecer al mercado, pero lo que está sucediendo es que están cerrando granjas porque sus propietarios no pueden hacer frente a los gastos con los precios fijados por las grandes superficies, y España se queda sin huevos.


Esto que sucede con el mercado de los huevos es semejante al resto de los sectores. La ideología neoliberal insiste en la supuesta libertad irrestricta para crear riqueza, pero lo que de verdad genera es oligopolios donde unos pocos se enriquecen a costa del resto. Aun así, lo peor es que esta política puede poner en riesgo hasta la propia alimentación de la población; si un sector cae de forma estrepitosa, cuesta mucho levantarlo y los que lo sufrirán serán los consumidores finales, que tendrán que hacer frente a carencia e inflación, todo unido, es decir, el neoliberalismo nos conduce directamente hacia la tan temida estanflación: estacionamiento económico e inflación de precios, llevado por su propia lógica interna. La única forma de evitarlo es intervenir en el mercado y poner límites y reglas que todos deban respetar, pues cuando no hay reglas se impone la ley del más fuerte, como vemos en esta país en todos los sectores. El mercado, por sí mismo, nada hace ni bueno ni malo, solo es un mecanismo para ajustar precios y asignar recursos. Como instrumento debe estar gobernado por la razón humana y esta guiada por el Bien Común, pero claro, eso supone acabar de facto con el capitalismo y no queremos, ese es nuestro problema.

3 comentarios:

Martín dijo...

Sabes que te sigo y te leo. Pero me acabo de dar cuenta por primera vez de que se puede escuchar, no tu voz, pero sí se puede escuchar tu texto. No me había dado cuenta hasta ahora. Enhorabuena por la innovación. Y respecto a los huevos, es posible que sea como tu dices. No he seguido el tema, ni he visto que se le haya dado mucha cobertura mediática. Pero también ocurre lo contrario: en Valencia los agricultores se quejan de la competencia que supone para las naranjas la importación. Hasta el punto de que hay muchos pequeños agricultores que ni han recogido las naranjas. Están en los árboles. Hay una sobreabundancia de naranja importada que está produciendo una sobreabundancia de naranja no recogida. De pena.

Bernardo Pérez Andreo dijo...

No te habías dado cuenta porque lo he añadido la semana pasada. Me pareció interesante, sé que hay gente que me sigue y tiene dificultades que se subsanan con el audio, aunque la voz sea un poco defectuosa.
Lo de las naranjas lo conozco bien, trabajé en la agricultura muchos años, precisamente en cítricos. Se trata del mismo problema: beneficiar a los grandes comerciantes frente a los productores y pequeños comercios, todo forma parte de lo mismo. Una verdadera pena, la verdad.

Anónimo dijo...

Hoy he tenido problemas para encontrar huevos, en el super al que voy están los estantes vacios. ¿Quien va a poner solución a todo esto?. ¡¡¡¡Ni huevos vamos a poder comer!!!!

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