Hasta ahora sabíamos que los elefantes poseen una gran memoria; también sabíamos que son una de las tres especies capaces de reconocerse en un espejo, es decir, que hay en ellos algo así como un núcleo de conciencia; lo que ahora se añade a este elenco es que existe la posibilidad de que posean un lenguaje elaborado. Este dato es congruente con todo lo que sabemos sobre los elefantes. Ya hemos referido en otro post el caso de una elefanta que perdió a su madre y que todos los años, más o menos en la misma fecha de la pérdida, se acerca al lugar donde ahora sólo queda la calavera de su madre, y hace un gesto con la pata que parece una caricia.
Los que tratan con elefantes saben que en ellos se dan sentimientos que nosotros asociamos con estados de conciencia superiores. Los elefantes son capaces de añorar, de sentir compasión y hasta de dar su vida por salvar a otros, incluso a sus cuidadores humanos. Junto con los delfines y Chimpancés, son capaces de articular grupos estructurados de colaboración, haciendo uso de las mismas herramientas que los grupos humanos. La diferencia estriba en las limitaciones fisiológicas de cada especie y en el grado de desarrollo evolutivo. No hay una diferencia esencial entre lo que podemos estudiar en grupos de delfines, primates o humanos. Somos todos miembros de una única especie: los seres vivos. Hijos de un proceso que nos ha traído hasta aquí y que nos permite a los humanos ser los seres vivos capaces de realizar la investigación sobre otros. Nosotros somos más conscientes de nuestra realidad; estamos más dotados para la comprensión y el análisis; pero no somos seres netamente diferentes del resto de seres vivos. Esta comunión entre todo lo existente, comunión postulada por las grandes tradiciones orientales y por los místicos de todas las religiones, ha venido a ser confirmada también por la ciencia.
El lenguaje de los elefantes bien podría ser una metáfora de nuestra percepción autista de la realidad viva: por el hecho de no percibirla creemos que no existe. Las cosas son independientemente de nuestra percepción de ellas. Hay una realidad óntica que permanece más allá de nuestros juicios sobre ella, y esta realidad óntica es única para todos los seres vivos, no hay dos realidades paralelas ni superpuestas ni complementarias, como afirma nuestra patológica conciencia dualista. Los animales hablan, el mundo habla, pero nosotros no somos capaces de percibir su lenguaje.
4 comentarios:
Los animales hablan, el mundo habla. Todos formamos parte de un único todo. Todo en este mundo es interdependiente. Cualquier ataque a la tierra es una ataque a los hijos de la tierra. Gracias, Bernardo, por estas reflexiones, por tus precisiones, por tus recordatorios, por tus aclaraciones, por las novedades que aportas.
A menudo lo que ocurre es que no se empatiza con el código de lenguaje de quien tenemos delante sea de la especie que sea. La naturaleza nos está respondiendo despues de años de depredación con desastres naturales de distinta índole. No supimos escuchar los mensajes que nos enviaba. Sin embargo quienes tienen mascotas y saben comunicarse con ellos, saben de su lenguaje, de sus sentimientos, de su cariño incondicional. Tambien de que saben defender su territorio. Algunos incluso les reconocen una cierta alma ( Juan Pablo II). La escucha como base de la comunicación. Gracias Bernardo por tus investigaciones, por tu coherencia. Saludos
Pero es que no saben como se llama el lenguaje de:
Los elefantes
Las obejas
Los Pajaros Cantores
Los loros, cacatuas y tucanes
Los grillos
Los lobos
Las Gallinas
Las Ballenas
Las Vacas
Los toros
Los Perros
EJEMPLO:
El lenguaje de los gatos es Mauyar y los gatos Mauyan.}Ayuda Porfavor!!!!!!
sin palabras
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