martes, 23 de febrero de 2010

Más mentiras: 2084.

El último acto de latrocinio informativo ha sido cometido con Níger. Si alguien ha seguido la información ofrecida por los distintos medios de comunicación, sean estos escritos, radiados o televisados; sean de derecha, de izquierda, de centro o de su madre; la sensación que ha sacado de estas noticias es que Níger es un país típico africano, donde se siguen los golpes de estado y los militares se disputan el poder para repartirse el acceso a los recursos naturales y ver quién los vende al mejor postor internacional. Con ser en parte cierto este relato, no responde a la realidad de los hechos. Me he visto sorprendido escuchando en TVE que el actual presidente de Níger llegó al gobierno dando un golpe de estado y que los actuales golpistas lo han destituido por no respetar la constitución. Esto, así dicho, además de ser falso, es un dislate lógico, pero como ya hemos aceptado que se puede derrocar a un gobierno legítimo, como el de Honduras, mediante un golpe de estado, cualquier cosa puede ser aceptada, incluso que se restituya un orden constitucional mediante la abolición de ese mismo orden.
Lo que nos han contado es falso y además tendencioso. Cualquier búsqueda de información en internet permite saber que el presidente Tandja llegó al gobierno en 1999 y fue reelegido en dos ocasiones más democráticamente. Ni dio golpe de estado ni está por imposición de la fuerza, al menos no más que cualquier otro presidente elegido mediante los criterios occidentales. Sí es cierto que quería modificar la constitución para la reelección ilimitada, pero lo quería hacer como Zelaya en Honduras, mediante referendo popular, y ya se sabe que en democracia tiene la última palabra el pueblo. Los militares que han dado el golpe de estado han truncado el orden constitucional y de paso han resituado a Níger en la línea que llevaba antes del presidente destituido, a saber, dejar que Francia y USA sigan apropiándose de los recursos del país: petróleo y uranio. Casualmente, Tandja había firmado acuerdos con China para la explotación de los recursos petroleros en detrimento de las potencias occidentales. Esta y no otra es la causa del golpe de estado. También resulta importante el hecho de que el gobierno destituido realizara una política que puede ser considerada como "social", al menos más social que la habida hasta 1999.
Los medios de comunicación occidentales han orquestado una campaña de mentiras para legitimar ese golpe de estado que las potencias coloniales se han apresurado a reconocer.
Y suma y sigue. Ya hemos perdido la cuenta de la desinformación organizada en la que vivimos. No falta mucho para que Nosotros de Zamiatin sea más una realidad que una ficción. Imagino que algún buen narrador está escribiendo 2084.

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