En un documento gráfico de indudable valor histórico y más aún en los tiempos que corren, Göbbels afirma, vestido de militar nazi, que cuando oye la palabra
cultura hecha mano a su revólver. Hoy día son muchos los que recurren a su revólver ideológico cada vez que alguien esgrime razones humanas o de cualquier otro tipo, no digo ya políticas, para criticar la demonización que estamos presenciando de ciertos países que no siguen el dictado impuesto para el nuevo consenso mundial sobre la crisis. Este consenso ha venido a sustituir al difunto Consenso de Wasington que puso los pilares del mundo de la guerra fría y que desmontaron los Chicago boys en los noventa y principios del siglo XXI. Desde 2008 lo demás es historia, entre otras cosas porque ya no nos permiten cuestionar el modelo que parecía venirse a bajo y que de todos modos se hundirá. El gran peligro es que las anunciadas reformas del capitalismo se han quedado en más capitalismo, por favor. Dentro de la estrategia, perfectamente pergeñada desde los think tank del Imperio Global Postmoderno, es necesario que todos los que pongan en riesgo el pensamiento único impuesto, sean convenientemente asociados a ideas peligrosas, terroristas en su lenguaje. De esta manera se califica de
terroristas a todos los que se atreven a proponer otra manera de ver el mundo. Es el caso de Irán. Ya sé que no es precisamente un país modelo para proponerlo como ejemplo de libertad y democracia, pero de ahí a la demonización constante que sólo busca la excusa para iniciar una guerra hay un abismo. Irán será masacrado como lo fue Irak, Afganistán o Pakistán. No se trata de ninguna profecía, es un simple cálculo de circunstancias el que llevará a la superpotencia hegemónica en declive a iniciar el principio del fin de su poder.
Los primeros pasos ya se han dado. La imagen del enemigo, personificación del mal, ha sido completada entre el público americano y está a punto de conseguirse en Europa, quien no dudará en seguir al jefe allá donde le mande. Las mentiras están afiladas y los medios de comunicación preparados para justificar la masacre. Llegado el momento habrá un cierre de filas con los nuestros, sea como sea que se realice el ataque. Y será lacerante ver como las personas normales de la calle repiten cual altavoces las consignas de los medios de comunicación. Como Göbbels sabía muy bien, no hay que dejar espacio para la reflexión, todo ha de ser blanco o negro, o estáis conmigo o contra mí. Lo más ridículo será ver a los voceros más inteligentes repetir las estupideces que oímos cuando la masacre de Irak: que si hay que estar con nuestros amigos, que si ellos nos ayudaron y nos ayudarán, que si la lealtad, que si los intereses de occidente... En fin, toda la diarrea mental de los deficientes morales que viven estipendiados por el sistema que se beneficia de las guerras.
En breve veremos cómo los göbbels de siempre cogen su revólver cuando nosotros les argumentemos con la cultura, la humanidad o la misericordia. Pronto nos acusarán de ingenuos, simples, ineptos, sesentayochistas y demás lindezas, cuando no de traidores, vendepatrias o terroristas. Hay que estar preparados para que nos llamen eso y más, pero también para ser conscientes de la misión de convencer a tantas buenas personas que se dejaran llevar por la vorágine ideológica que intentará legitimar la barbarie, hoy como ayer y como, desgraciadamente, mañana. Que no nos impongan la cultura del revólver para así poder revolver la cultura hacia la misericordia y la verdad
1 comentario:
El verano, el de antes de agosto, da para mucho. Después ya se vuelve intranquilo, angustioso. Las vacaciones de agosto no son oportunidad sino moda (¿obligación?), y al final,incluso asfixian. No me gustan las vaciones de agosto, forman parte de esa "vida única" que conlleva todo "pensamiento único", eso sí, para quienes tenemos el privilegio de tenerla. A lo que iba, releía esta tarde a Italo Calvino sobre todo la interpretación que hace del individuo contemporáneo en el "Vizconde Demediado" (una frugal lectura para veraneantes incomodados), y me ha venido a la cabeza esta noche, antes de dormir uno de sus párrafos tras leer el final de tu artículo, a saber, "que no nos impongan la cultura del revolver para así poder revolver la cultura hacia la misericordia y la verdad". Es verdad, vivmos encerrados en este "pensamiento único", como diría Calvino en nuestra "obstusa e ignorante integridad. Estaba entero y todas las cosas eran para mi naturales y confusas....creía verlo todo y no veía más que la cáscara. Si alguna vez te conviertes en la mitad de ti mismo,muchacho, y te lo deseo,comprenderás cosas que escapan a la normal inteligencia de los cerebros enteros. Habrás perdido la mitad de ti y del mundo, pero la mitad que quede será mil veces más profunda y valiosa. Y tambié tú querrás que todo esté demediado y desgarrado a tu imagen, porque belleza y sabiduría y justicia existe sólo en lo hecho a pedazos". !Viva el fragmento! Dulces sueños
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