lunes, 16 de agosto de 2010

Matar al mensajero

Era costumbre en algunos imperios matar al mensajero de malas noticias como si él fuese el responsable, o como si con ese acto se evitaran las consecuencias negativas de las nefastas nuevas. O mejor, a modo de chivo expiatorio que carga con la culpa del mal que ha portado. Desconozco el motivo de hacerlo, pero hoy mismo estamos asistiendo a algo parecido. Como imagino que es notorio, todo el mundo debe saber que Estados Unidos no se anda con chiquitas en sus guerras imperiales. La lista de civiles muertos es enorme y todo el daño causado por sus tropas acumula rencor y odio en los lugares donde dicen ir a liberar. Cuanto más "liberan", más odio generan, no sólo en los lugares de sus crímenes, sino en el mundo entero.
Los desmanes de la guerra en Afganistán están sacando de quicio a los responsables del Pentágono y al propio Obama, pero no porque sus tropas se dediquen a la caza de civiles sin miramientos, como dejamos constancia en este blog el 19 de abril (pinchar para ver), sino porque la web Wikileaks está revelando material secreto que pone en evidencia los métodos criminales del ejército. Semana a semana caen como verdaderas bombas los documentos que publica la web, documentos obtenidos de militares "arrepentidos" de sus fechorías y que quieren que el público conozca la realidad. Se dijo también que las filtraciones provenían de enemigos de la actual administración, o peor, enemigos de América, eso que siempre dicen por allí cuando se les hace ver la verdad. Por eso, el Pentágono va a iniciar una investigación para descubrir las fuentes de información de Wikileaks e intentar cerrar la web, o al menos desacreditarla como colaboradora de los terroristas.
Es evidente, para cualquier ser humano normal, que los únicos terroristas que hay en el mundo son las tropas de Estados Unidos que son quienes matan, violan, secuestran, roban, torturan y masacran sin límites, crean un desierto y lo llaman paz. Claro que esto no nos extraña a muchos porque es el modo de actuación de todos los imperios, como ya lo viera con nitidez Tácito. Este romano puso en boca del general de los habitantes de Britannia que luchaban contra el Imperio romano, el mayor alegato contra cualquier imperio: "a robar, matar, masacrar y destruir llaman Imperio, crean un desierto y lo llaman paz" (Agricola 30, 1). Espero que resplandezca la verdad y Wilileaks siga adelante con su labor, que esta vez no muera el mensajero, sino que su mensaje sirva para evitar el mal que anuncia.

2 comentarios:

Martín dijo...

El control de la información y la mentira forman parte de todas las guerras. El acusar de enemigo de la patria al compatriota que no está de acuerdo con el gobernante de turno es una burda maniobra que solo engaña a los incautos. Ahora bien, que los únicos terroristas que hay en el mundo sean las tropas de Estados Unidos me parece una exageración, un recurso literario, que no favorece la necesaria y ajustada critica que haces a los procedimientos de estas tropas. ¡Vaya tropas, sí, pero no solo las americanas!

Bernardo Pérez Andreo dijo...

Tienes razón, Martín. Quizás deba tomarse como un recurso para expresar la ira que siento hacia tanta injusticia. Pero cuando lo pienso serenamente sigo opinando lo mismo. De la misma manera que no es lo mismo el agresor que la víctima, ni el causante de un mal que el que reacciona al mismo, no son lo mismo el resto de supuestos terrorista y el ejército estadounidense. Porque hay que saber que la inmensa mayoría de males del mundo están causados por la necesidad que tiene el imperio de imponer miedo, de aterrorizar, y de eso se encarga el brazo ejecutor del mismo.

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