Los acontecimientos se precipitan en lo económico, como dijimos hace cinco meses que sucedería. Los PIGS (cerdos en inglés, es el término que los mercados financieros aplican a los países como Portugal, Irlanda, Grecia y España, Spain) van cayendo uno a uno y de su ruina hacen los mercados financieros su fortuna. De Irlanda van a conseguir 85 mil millones de euros, es decir, más munición con la que poder atacar la economía española. Pero lo grave es que estamos noqueados y no somos capaces de responder. Es necesario saber qué ha sucedido, porque los medios no terminan de explicarlo del todo aunque alguna rendija para la verdad se ha abierto en la información. Hace dos años Irlanda, el tigre celta, rescataba con dinero público sus bancos. Dicho de otra manera, convertía la deuda privada en pública y asumía un plan de ajuste brutal para poder hacer frente a ese agujero. Los que se enriquecieron en todos esos años se llevan el dinero y todos los irlandeses han de pagar. Ahora, los que han comprado deuda irlandesa especulan con ella y consigue en Europa salga al rescate, pero no de Irlanda, sino de los acreedores, que son los que de este modo pueden cobrar. Los países europeos se endeudan más para "rescatar" a los acreedores y estos disponen de dinero fresco para seguir especulando con deudas de otros países. No deja de ser irónico que España se endeude para dar dinero a los que acto seguido especularán contra su deuda.
Pero lo más grave aún no es esto, sino el hecho de que los gestores de fondos especuladores que atacan a la deuda española manejan fondos millonarios provenientes de planes de pensiones privados españoles y fondos de capital riesgo, también españoles. Los que tienen el dinero no tiene moral alguna y son capaces de hundir su propio país si con esto obtienen beneficios. Ahora bien, podemos hacer una lectura positiva: un gobierno con agallas podría obligar a esos capitales a invertir en su propio estado y no a especular contra él. Se calcula en unos 50 mil millones anuales la necesidad de financiación de nuestro país. Más del doble de ese dinero lo tienen colocado en fondos de inversión y planes de pensiones ciudadanos españoles. La cuenta es fácil, una simple ley y ganas de hacer las cosas de otra manera bastarían para sacar a España de esta situación y no temer los ataques especulativos. Pero este gobierno y por desgracia ninguno que pueda gobernar, tiene el valor de hacer esta política.
La conclusión que se impone, por desgracia, es que España será atacada hasta conseguir imponerle una destrucción de su estado de bienestar y el robo sistemático de los recursos públicos. La pauperización de las clases medias está cercana y la división social en dos clases: los que pueden vivir y los que malvivan, está a las puertas. Los que mantenemos una esperanza en el hombre hemos de estar firmes en nuestros principios y mantener la fe. Hemos de acudir a nuestro trabajo e infundir esperanza en otro mundo que cada vez es más necesario, hasta que consigamos la revolución que nos saque de esta barbarie sistémica.
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