Es decir, que España cumplió los objetivos con creces. En los años 2009 a 2011, el déficit ha estado en el 11, 9 y 6% respectivamente y aún así, la deuda no supera el 60%. Todo esto quiere decir, según Catan, que no basta el cumplimiento de los criterios impuestos y que eso no es la causa de la crisis, por tanto, profundizar en cumplir estas imposiciones no servirá para salir de la crisis. Es más, como Wolf y Munchau dicen, la austeridad no podrá sacar a Europa de la crisis, pues esa misma austeridad hundirá la economía, impidiendo salir de la espiral de la deuda.
Para salir de la crisis, sin salir del capitalismo, propuesta que no vemos viable pero que puede ser el mal menor, debemos escuchar a otros autores. El premio Nobel de economía Paul Krugman propone justo todo lo contrario: un programa de gasto público que reanime la economía y genere empleo. Pero dice más, el dinero debe salir del 0,1% más rico, que es el que menos impuesto paga y el que más está aprovechando la crisis para aumentar su riqueza. Cuánto, pues otro premio Nobel, Peter Diamond, y Emmanuel Sáez, hablan del 70% de impuestos a ese 0,1% de la población que en los últimos treinta años ha visto como se le reducía la presión fiscal en 40 puntos porcentuales y sus ingresos aumentaban hasta acaparar el 50% de la riqueza mundial. Estos dos autores nos dicen algo de puro sentido común: aumentar los impuestos a esta élite ni aumenta ni disminuye su bienestar ni su felicidad, sin embargo sí aumenta la felicidad y el bienestar generales. Con todo ese dinero, que a esta gente les sobra, se podrían salir de la crisis en un par de años y después se podrían devolver ese dinero, cual préstamo. Se suma a esta propuesta Bradford DeLong, actual secretario adjunto del Tesoro de Estados Unidos y profesor de economía en Berkeley.
En definitiva, si queremos salir de la crisis hay que hacer justo lo contrario que proponen Merkel y Sarkozy y que Zapatero y Rajoy han aplicado o van a aplicar. Hacer caso a Merkel es hundirse definitivamente en el agujero de la deuda y no poder salir en veinte años. Sin embargo, si tomamos las medidas que proponen los más reputados economistas, es posible que no nos hundamos definitivamente ahora. En todo caso, siempre será mejor aumentar los impuestos a la élite que recortar sanidad, educación y política social. Sea como fuere, la lógica del sistema nos llevará a la catástrofe social antes o después, pero está en nuestras manos que esa catástrofe produzca más o menos daño a la mayoría.
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