viernes, 16 de diciembre de 2011

Mejor, tirar la madeja.


Si el así llamado Protocolo de Kyoto era una solución escasa y de simple compromiso, lo que ha sucedido en estos días en Durban, en el COP-17, es para lamentarlo profundamente. Siendo prácticamente nada lo que Kyoto ha evitado el aumento del CO2 en la atmósfera, hay que reconocer que ha limitado en alguna medida su proliferación al ritmo que tenía a principios de este siglo. Los datos indican que la progresión de la gráfica de aumento de partículas de CO2 en la atmósfera nos ponía en 2020 con 450 ppm y eso hubiera sido una verdadera catástrofe para el equilibrio climático existente que es el que permite que una especie tan sensible como la humana pueda sobrevivir en un planeta como el nuestro. Kyoto fue un fracaso en su aplicación, pues la mayoría de países no lo respetaron, pero es cierto que limitó el alcance de la contaminación y, de hecho, ha retrasado los temidos 450 ppm hasta 2050.
Sin embargo, tras el compromiso de Durban de no hacer nada hasta 2020, vuelven a aparecer negros nubarrones en el horizonte del clima. Si los principales contaminantes dejan de tener la referencia global de los 350 ppm que proponía Kyoto para todo el planeta en 2020, no sé a dónde podemos llegar. Es muy probable que pasemos de los 390 ppm actuales de CO2 a 405 en 2020 y a 450 en 2045. Eso sería el desastre climático, pues los efectos del aumento de la temperatura como consecuencia de los gases de efecto invernadero puede romper el equilibrio y no somos suficientemente conscientes de las consecuencias. Lo que es seguro, como ya sucede, que los primeros en sufrir serán los pobres, lo cual no es noticia, siempre es así.


Más que un compromiso, parece un compro-miso, haciendo uso de una licencia lingüística y etimológica: el envío de la compra. Los principales contaminantes han optado por el crecimiento económico que provoca más emisiones de CO2 y, por tanto, aumento de las temperaturas y la ruptura del equilibrio climático global. Lo único que lo puede parar es la disminución de petróleo, pero el paso del pico del petróleo no reduce las extracciones de inmediato, sino que el aumento del nivel tecnológico está permitiendo seguir a un ritmo de extracciones similar. Este año, sin embargo, se extraerán 88 mbd (millones de barriles diarios), frente al consumo de 90 mbd. Es la primera vez que esto sucede y será así en los años sucesivos. El consumo de petróleo seguirá tan elevado hasta 2020, al menos, y eso asegura aumento de contaminación y de la temperatura.

Si algo ha quedado claro tras Durban es que dentro del modelo capitalista de lucro a toda costa es imposible evitar la catástrofe. Todos nuestros esfuerzos deben estar dirigidos a acabar con el modelo, no con los efectos, sean estos ecológicos, económicos, sociales, humanos o de cualquier tipo. La madeja está tan liada que es mejor tirarla y comprar otra.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...