miércoles, 8 de febrero de 2012

"DB Life Kompass 3": una inversión de muerte.

Ayer saltaba la noticia, aunque el Deutsche Bank lleva tiempo comercializando el producto. Uno de sus fondos de inversión, el DB Life Kompass 3 comercializa un derivado financiero asociado a seguros de vida. Ofrece alta rentabilidad, aunque también un alto riesgo. Se trata de un producto claramente para gente con ganas de vivir al máximo, deben abstenerse los miedosos. Sólo los que se arriesgan ganan. Este producto financiero consiste en apostar contra la esperanza de vida de 500 personas que han superado los 70 años. Si estas personas llegan a cumplir la esperanza media de vida, 80 años, el banco gana y el inversor pierde, pero si algunas de estas personas mueren antes, ¡ay si mueren antes!, sobre todo mucho antes, entonces el inversor se pone las botas. Sus ingresos pueden ser cuantiosos, tanto como un 20 a 1 y eso bien merece una apuesta. Qué importa arriesgar un millón si puedes ganar 20 millones, sobre todo cuando ese millón lo has conseguido exprimiendo las arcas públicas griegas. Además, a los viejos les pueden suceder mil cosas, desde una simple rotura de cadera, que la palma pronto, a un suculento cáncer de próstata, que si no se lo han visto a tiempo se lo llevan para delante en meses. Y no te digo nada si andan un poco duros de oído y al cruzar la calle... En fin, que pueden pasar muchas cosas buenas que nos permitan darnos un caprichito. Ese Ferrari es muy tentador y con un par de kilos me lo llevo del ala.


Menos mal que alguien se ha percatado del enorme crimen que supone esto, un crimen semejante al cometido por Lehman Brothers un año antes de caer en la bancarrota que dio el pistoletazo de salida a la actual situación financiera, como contamos aquí en 2009 con los famosos bonos de la muerte. La polémica ha saltado en el preciso momento que se ha sabido que la entidad financiera aplica una tablas de esperanza de vida extrañamente favorables a sus intereses, con una esperanza de vida demasiado baja para la media constatada por los organismos internacionales independientes. Los inversores están sometidos al arbitrio del banco. Los 200 millones de euros recaudados en las dos emisiones que se llevan efectuadas, podrían tener trampa y se puede dar el caso que los viejos tarden más en morir de lo que los inversores esperan. Un abogado de Hamburgo se ha encargado de llevar el caso a la corte penal, pues los inversores están indefensos ante la omnipotencia de la entidad. Por supuesto que la Asociación de Seguros de Vida alemanes ha salido inmediatamente en defensa de su asociado: no se puede acusar al Deutsche Bank de mala praxis financiera, pues los inversores conocen el riesgo de que los ancianos persistan en la vida y eso tiene poco remedio. Algunos han solicitado los nombres y direcciones de los 500 interfectos para intentar hacerles entrar en razón. Su actitud es demasiado egoísta y acaban favoreciendo los intereses del banco frente a los intereses de los ahorradores. No es justo que se empeñen en vivir, reduciendo así las ganancias de los inversores. En el fondo, los 500 sujetos no son más que reaccionarios defensores del viejo orden y sería bueno ver la forma de hacerles entrar en razón. Al fin y al cabo, qué importan unas vidas si las comparamos con el bienestar de tantos y tantos sensatos y "racionales" inversores.

Parece mentira pero no lo es. Esta información es absolutamente cierta y eso la hace más apta aún para comprender la falacia en la que vivimos instalados. Es muy posible que el banco alemán haya acabado comercializando lo único que le queda por especular: la vida física de las personas. Cuando no se puede especular más ni con los alimentos, ni con la energía, ni con la guerra, qué queda sino la vida concreta de cada ser humano. El capitalismo del desastre nos lleva al desastre definitivo, he aquí la prueba.



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Como bien apuntas, parece mentira pero no lo es. Una vez más, la realidad supera a la ficción.
Ayer topé por casualidad con este blog y me ha parecido muy interesante. Me descargué e imprimí el artículo sobre Hume y ahí estoy, teniendo mi primera aproximación (más vale tarde que nunca) a este filósofo gracias al autor del presente blog. Muy interesante, por cierto, lo de incluir los libros que se leen y sus reseñas. ¡Blog que incluiré entre mis habituales, sin duda!

Bernardo Pérez Andreo dijo...

Gracias por tu visita y por la opinión del blog. Si tienes un blog puedes dejarlo aquí lo enlazaré para que otros lectores puedan disfrutar de él.

Un cordial saludo.

Martín dijo...

Saludos Bernardo. Releo hoy tu post por segunda vez, y me parece tan penoso como la primera vez que lo leí. La verdad es que estamos no ante una crisis económica, sino ante una auténtica crisis de valores y de decencia. En todos los ámbitos. Mejor no ponemos ejemplos. Hay tantos, empezando por la primera familia y continuando por la intrigas vaticanas.

Bernardo Pérez Andreo dijo...

Gracias por seguir ahí, Martín. Al empezar a leer creí que te parecía penoso el post, no la noticia. Ya veo que me equivocaba.
Un abrazo y feliz regreso de Cuba.

CARLOS dijo...

HOLA. LEI EL ARTICULO POR INDICACION DE UN AMIGO Y AUNQUE ME PARECE DE DUDOSA MORALIDAD PIENSO QUE LOS 500 CANDIDATOS DEBEN RECIBIR ALGUN BENEFICIO A CAMBIO QUE NO ESTA EXPLICITADO AQUI. QUIZAS SEA UNA ASISTENCIA PARA MMANTENERSE SALUDABLES. SI ASI FUERA Y EN EPOCAS DONDE EL ABORTO Y LA EUTANASIA SON TEMAS ESTABLECIDOS O EN DISCUSION, LA VALORACION PODRIA QUEDAR EN EL AMBITO INTIMO DE CADA PERSONA.

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