Los "caminantes"

Si hay un tema que me viene obsesionando desde hace un año es el de los zombis, o como llaman en los films del género, los caminantes. La serie Walking Dead ha sido un referente en este último tiempo. He dedicado dos post a esta temática, sobre todo por lo que tiene de metáfora del modelo social y de crítica del estado de cosas. Pero también puede ser una crítica, bastante ácida, al modo en el que algunos entienden su relación con Dios y con los demás. Veamos un momento esto.

Existen personas capaces de simplificar hasta el extremo su visión de la existencia, tanto que Mani se reiría de ellos. Son seres simples, con un único objetivo en la vida: cumplir con lo exigido por un ser al que consideran superior.
El resto es relativo, es decir, está en relación a este objetivo superior. Cumplir con lo que se le exige es la máxima de su acción, de ahí que Kant les chirríe en las neuronas cual si fuera el propio Satanás. No entienden qué pueda significar la autonomía, tampoco la heteronomía, todo eso no es más que jerga del Maligno para confundir a los elegidos. Las cosas son mucho más sencillas que todo la parafernalia de los filósofos o que todo lo que pueda decir la Ciencia, o lo que pueda llegar a decir. Nada, absolutamente nada, puede contradecir SU FE, así en mayúsculas, porque SU FE, es lo que les mueve. El Supremo, que conoce su pecado y su miseria, les ha elegido a pesar de su debilidad, de ahí su fortaleza. Por esto mismo, les está permitido juzgar a cualquiera y ayudarle a encontrar el camino de la FE.
Estos seres, multiplicados por varios procedimientos, unos naturales, otros por contagio, se están apoderando del discurso público sobre la fe y sobre la razón, están consiguiendo que todo lo que tenga que ver con las estructuras profundas de la existencia se convierta en un puro simulacro, en un espejismo de lo que quince siglos de diálogo entre la fe y la razón habían logrado en Occidente. Su simplismo intelectual va a la par de su voracidad social y de su poder mediático. Dominan ciertos medios de comunicación, asfixian el discurso público sobre la fe y reducen toda posible reflexión a una mera lucha entre lo que ellos creen y lo que los demás ignoran. Todos, absolutamente todos, caminamos entre sombras de error y estamos abocados al horror de la condenación, pues no somos conscientes ni de nuestro pecado ni de su camino de salvación. Han recibido, por tanto, un mandato claro por parte de su ser supremo: id por el mundo y  a convertid a todos los hombres, sobre todo a los descarriados que ponen la razón por encima de SU FE. La fe, solo la fe en lo que dice el ser supremo, quien ha recibido de arriba la luz para el camino de la conversión.
Nada se les puede oponer, pues ellos tienen la verdad, no por ser mejores, sino por ser los peores, de ahí que nadie les pueda contravenir. La prueba que el de arriba está con ellos y portan la verdad es que son, precisamente, los peores: ¿cómo si no seres tan insignificantes intelectualmente, tan consupiscentes, tan proclives al pecado, con tal incapacidad para nada que sea verdaderamente humano podrían haber llegado a LA FE? La respuesta es clara: el de arriba está con ellos y los ha elegido. Todo el que se les oponga está movido por el Maligno y debe ser conducido a la verdad de SU FE.
Si tienes la mala suerte de encontrarte con un caminante y el de arriba le ordena convertirte, ya puedes correr, corre hasta perder de vista su rostro. SU FE se transmite por contagio, un solo mordisco y serás uno de ellos, uno más para la causa del de arriba y uno menos para la causa de la razón, la humanidad y el compromiso con la única fe que nos hace humanos, la de quien se despojó de su condición y se hizo esclavo y murió en torturas por el Imperio.

* A Antonio F. A.