miércoles, 23 de mayo de 2012

No hay cemento para tanto cara dura

La producción de cemento en España ha descendido a niveles de 1966, a este paso de reducción, un 40% este año, no tendremos cemento para tanto sinvergüenza con la cara más dura que el cemento armado. Esto es lo único malo de esta noticia porque nos quedaremos con las ganas de sepultar en cemento las mentiras, falacias, felonías y engaños que los poderosos, enriquecidos, amamantados, chupatintas, adláteres y estómagos agradecidos que la mafia que gobierna este país nos trufa en los nodos en que se han convertido todos los medios de comunicación nacionales, autonómicos, regionales, municipales y cuantas administraciones pagan del erario público, privado, privatizado o apropiado a todos esos que se llaman periodistas, informadores, opinadores, generadores de opinión o, simplemente, estipendiados para cantar las loas al dinero y el poder, que dijera el inefable Miguel Espinosa.
Por otro lado, la noticia es muy positiva. La reducción de la producción de cemento nos indica que estamos, sin quererlo, respetando más nuestro medio ambiente, que no se seguirá destruyendo la costa sin miramientos, que las carreteras no borrarán del mapa preciosos paisajes o zonas de alta densidad biológica. Tampoco aumentará la producción de CO2 debido a la industria cementera, una de las mayores contaminantes del planeta debido a la ingente cantidad de energía que requiere para la transformación de la materia prima en cemento. Por tanto, la noticia está en la buena dirección, aunque sea a desgana y a pesar de la reducción de puestos de trabajo. Al fin y al cabo, son puestos a extinguir y a sustituir por otros que generen riqueza real para la sociedad actual y futura. Sin embargo, el anterior gobierno y el actual han hecho una apuesta por sustituir estos puestos de trabajo por otros de peor calidad moral: la industria de guerra. El año pasado superamos todos los records en venta de armamento, sobre todo a países que estarán en guerra en el futuro, como Israel, Argelia, Libia, Egipto, Siria o Afganistán. La presencia internacional de nuestras armas causa muertos, heridos y mutilados en muchos continentes; con ellas se reprime a manifestantes, se tortura a disidentes, se exterminan poblaciones y se somete la voluntad de pueblos libres y todo para que España siga manteniendo un nivel de ingresos por exportaciones aceptable.
Efectivamente, no va a quedar cemento para tanto cara dura, como no hay pan para tanto chorizo. Vivimos demasiado pendientes de nuestra pequeña parcela de bienestar para poder implicarnos en un cambio social. Me comentaba ayer un compañero que hoy no es posible una huelga de lucha como en el año 86, cuando dos meses de huelga de los profesores permitieron generar condiciones dignas en la educación. Sin embargo, cuando la gente se conciencia y moviliza ahí están los medios para mentir al servicio del poder. Ojalá se abriesen los cielos y cayeran toneladas de cemento sobre todas las mentiras hasta construir un monumento a la avaricia que sea sirva como un faro para las generaciones futuras que les avise de los errores del pasado.

4 comentarios:

Martín dijo...

Me preocupa mucho lo de la industria armamentística, una de las peores plagas de la humanidad (según decía ese olvidado Concilio Vaticano II, que vendría bien recuperar). Son una pena, aunque no me sorprenden los silencios eclesiales sobre este asunto. Esta industria necesita una buena reconversión. Vivimos en un mundo violento en muchos aspectos.

checha dijo...

¿Sabes, Bernardo?. El otro día ví en televisión un trocito de un programa, creo que era "Perdidos en la tribu" (no estoy segura, pues apenas veo la tele), en el que se elaboraba cemento a partir de escrementos de vaca. Así se tapaban los agujeros de las chozas, que apestaban, así es como se ha creado nuestro agujero inmobiliario, así es como tienen la cara los impresentables que nos gobiernan, y así es como deberían estar elaboradas las bombas de mano que nos apestan, DE MIERDA.

checha dijo...

Por si no accedes a mi blog con asiduidad, no quisiera dejarte sin un gran regalazo, que estoy segura vas a apreciar muchísimo, si es que no lo has escuchado ya.
http://www.meneame.net/go.php?id=1619230

Son las palabras del gran Jose Luis Sampedro en su discurso de investidura por la Universidad de Alcalá de Henares.
Quisiera difundirlas por el mundo entero, esparcirlas como un nuevo maná sanador.

Estoy segura de que te gustará. También a tus lectores.

Anónimo dijo...

ahora dicen que la educacion publica se hunde. Ya estaba hundida antes de la crisis asi que nada nuevo bajo el sol.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...