miércoles, 30 de mayo de 2012

Solo un milagro...

Estaremos mal que hasta una empresa se atreve a amenazarnos. Las farmacéuticas multinacionales que comercializan esos maravillosos potingues a precio de oro para conseguir el inútil propósito de mantener joven las pieles que irremisiblemente se encaminan hacia la podredumbre; o el lucrativo Tamiflu, aquel medicamento que tan buenos resultados financieros dio a la empresa Roche a la vez que aligeraba los presupuestos de la administración sanitaria; o incluso las responsables de vacunas cuyo efecto positivo no ha habido tiempo de comprobar, sí sus efectos adversos, sobre todo para las cuentas públicas, aunque no es menospreciable el efecto en la salud de los pacientes, como puede verse en la web de los afectados. Pues bien, estas empresas se permiten amenazar a un país con poner en riesgo la salud pública y tratarlo como si un particular más se tratara, teniendo en cuenta que los 47 millones de españoles les hacemos ganar mucho dinero cada año y que siguen vendiendo sus productos gracias a las licencias que ese mismo Estado al que amenazan les concede gratuitamente. Sin embargo, la cuestión clave aquí no es la crítica a la empresa, es su negocio y punto, sino al propio Estado, que se ve incapacitado para responder ante un serio riesgo para su población, tanto en este como en otros temas.

Yo me pregunto ¿por qué no puede el Estado garantizar la salud física o la salud financiera de su población? ¿Qué motivo le impide generar sus propios recursos con el fin de garantizar el bienestar de la población? Que alguien me contesté qué es lo que impide que el Estado ponga en marcha una empresa que produzca todos los medicamentos que están libres de patente e investigue nuevos medicamentos para su comercialización. Con este proyecto se ahorrarían las plusvalías que se generan con la venta de esos medicamentos, se invertiría en desarrollo humano y se generaría toda una suerte de investigadores punteros, lo cual repercutiría en el empleo del país. Y esto mismo se podría hacer con otros sectores económicos, en lugar de pagar patentes hacer nosotros mismos los productos. Si esto se llevara a cabo podríamos empezar a ver la salida del túnel y ganaríamos en soberanía nacional, dejando de depender de otros. Seguro que habrá quien argumente que no hay dinero y que la deuda nacional es demasiado elevada para hacer ningún tipo de aventura. Bien, de acuerdo, dejemos de pagar la deuda, salgamos del euro, cerremos las fronteras para que no salgan capitales, invirtamos en lo nuestro y seamos competitivos con lo autóctono y en cinco años estamos en lo más alto del desarrollo humano en los rankins internacionales, algo así como Argentina hizo cuando se liberó de las amarras del FMI.

Estamos a tiempo, todavía es hora para tomar el camino de la libertad, es un camino duro, pero es el único que nos garantiza que no seremos un mera colonia alemana. Con la prima de riesgo por encima de 500, el bono a diez años rozando el 7% y el agujero negro bancario tragándose nuestro presupuesto, es imposible escapar al destino de sufrimiento que nos espera dentro del euro, siguiendo las políticas alemanas. Solo hay un camino, el camino de la libertad y el valor, ¿por qué no nos atrevemos a tomarlo? ¿Seremos capaces de ser libres o nos sumiremos aun más en la dependencia pueril del que no es capaz de asumir el destino como propio y avanzar por la senda estrecha de la propia realización al margen de los trillados caminos del sistema financiero mundial?
Aun espero un milagro de la primavera, como el poeta, porque esto ya es cuestión solo de milagros.

3 comentarios:

Martín dijo...

Voy a ofrecer dos datos que no tienen que ver con la industria farmaceútica, pero sí con la situación económica. Pueden parecer menores, pero seguro que los hay mayores, aunque no los conozco. Esos que te doy los conozco directamente: la cuestión de tramitación de nacionalidades y otros asuntos relacionados con extranjería están paralizados seis meses, porque el ministerio no tiene personal, ya que ha reducido plantillas porque no puede pagarlas. Lo mismo ocurre con la tramitación para la validez civil de los títulos eclesiásticos: está todo parado, ni se devuelven los títulos, ni se sellan para convalidar. Creo que deberíamos investigar en otros campos y empezar a hacer una lista de colectivos afectados y agraviados. Ofrezco mi blog, y me imagino que tú ofreces el tuyo. Saludos

Bernardo Pérez Andreo dijo...

Buena idea, que cuna el ejemplo y todos seamos conscientes de lo que sucede. Quiero ser somático y creer en la fuerza de la verdad.

checha dijo...

Estoy completamente de acuerdo, Bernardo. Ha llegado el momento de preguntarse lo que nos reporta Europa, lo que nos ha traído la entrada en el euro, además de una dictadura económica por parte de los dirigentes europeos y una subida alarmante del costo de la vida para el ciudadano medio, en concreto del doble.
Yo también quiero contribuir con datos, con los datos aportados por una enfermera que dirige un video- carta abierta al Sr Artur Mas. No tiene desperdicio:
http://www.youtube.com/watch?v=OPfaZentfaw
Haría falta un milagro para que dejásemos de ver la vida en términos de rentabilidad, pero, si nos empeñamos en ello, nos resultaría muchísimo más rentable "ser autóctonos" y libres, repartir justamente nuestro dinero dentro de nuestras fronteras, que pagar esas terribles deudas para engordar barrigas llenas de cerveza. Limitémonos a sanear nuestra política,a inspeccionar abusos, a dejar de ser unos pillastres, y saldrá dinero para todos nosotros , dinero limpio, con el que podremos también ayudar a los grandes perjudicados del mundo, explotados también por el "buen demócrata europeo"

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